Cada página que Boca Juniors escribió pisando suelo en Brasil, lo despidió con un triunfo bajo el brazo.

Desde 1977 hasta hoy, Boca pasó todos los mano a mano que disputó con sus rivales de Brasil. En los noventa minutos o a través de los penales, siempre se clasificó el coloso argentino de América.

Esta noche, el equipo de Martín Palermo, Juan Román Riquelme y compañía deberá verse la cara con carioca Fluminense, que según vaticinan los especialistas, está lejos de ser un rival que cause miedo para los argentinos.

Boca intentará que la historia en los duelos mano a mano contra los brasileños no se altere. Tratará de cambiar una costumbre que se instaló desde que empezó la "Era azul y oro" con Carlos Bianchi sentado en el banco.

Con el Virrey de entrenador, para Boca se hizo habitual ir a la revancha sin haber ganado en el primer partido y volver a Buenos Aires con la clasificación. Los casos emblemáticos se produjeron en las finales de 2000 y 2001, cuando empató en el duelo que abrió las series de las finales ante Palmeiras y se coronó campeón en la definición por penales.

"Fluminense tiene buenos jugadores y vamos a tratar de que no hagan su juego. Queremos ganar el partido de local y después ver qué es lo que pasa allá, en Brasil. Vamos a intentar hacer eso: ganar en principio y después se verá", dijo Sebastián Battaglia, uno de los referentes.

La historia también dice que solamente una vez Boca jugó con el Fluminense. Y también ganó. Fue en 1956, en el Viejo Gasómetro, 3 a 1 durante un amistoso, con dos goles de Antonio Angelillo y uno de José Borello. ¿Lo repetirá?