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27 de abril de 2024
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Bernardo Neustadt: una vida de amores y odios
La muerte de Neustadt, como su intensa vida, no pasa desapercibida. Genera los mismos niveles de adhesión que enconos. Inteligente, creativo y polémico
7 de junio de 2008
Por Roberto Aguirre Blanco

Una vez el estudio del canal de televisión donde se emitía el programa político más visto, “Tiempo Nuevo”, tuvo una silla vacía a la hora de un debate presidencial de cara a las elecciones.

Allí faltó el candidato del PJ Carlos Menem y de la boca de Bernardo Neustadt salió una reflexión sobre una actitud “poco democrática” del postulante a la primera magistratura, mientras su competidor, el radical Eduardo Angeloz, esperaba solitario en medio del set un cruce que nunca ocurrió.

Ya era el “Bernie” que había comprendido el nuevo lenguaje social de los ochenta, que a pesar de vivir en una Democracia aún endeble, tenía la firme decisión de vivir en este estado de derecho.

Una de las aptitudes que marcaron la vida del periodista, sin dudas uno de los más inteligentes y brillantes que tuvo el país, por fuera de su perfil polémico y discutido por parte de la sociedad, fue estar en “el momento justo y lugar correcto” del agitado termómetro de la vida política argentina.

Sin dudas, fue uno de los voceros más fuertes de varias dictaduras y en ese escenario la virtud de Neustadt fue no ocultar ni renunciar a las ideas de país que él soñaba para la Argentina.

“El orden y el progreso”, fueron las banderas que siempre levantó con la imagen de un Estado eficiente y claramente de perfil liberal, con la fuerte impronta que siempre tuvo de “sociedad política y correcta” de un país como Estados Unidos, muy lejano a las ideas socialistas del comunismo soviético.

Fue quizás por ese motivo que adhirió como un militante más a las “ideas revolucionarias” del presidente Menem, quien interpretó fielmente el país que él imaginó por años, con empresas privatizadas y una clase media consumista.

Ese cambio de piel en Neustadt, un reconocido antiperonista, significó una doble situación a los inicios de los '90: primero que su programa fuera el más visto de la TV a nivel político con Menem usando esa pantalla como fuente de exposición para sus nuevos proyectos.

También significó el divorcio profesional con su compañero de más de dos décadas de trabajo en común, Mariano Grondona, quien decidió tomar distancia de este perfil “oficialista” de su amigo y prefirió la crítica sin perder la identidad de sus pensamientos.

También comenzó a ser el ocaso de hombre que inventó el periodismo político en la televisión nacional y, tras apostar a una “Plaza del Sí” en 1991, a favor del presidente, entró en un cono de sombras perdiendo pantalla y espacios en la nueva TV.

Detrás dejó más de cinco décadas de trabajo y dedicación a una profesión que amó como muy pocos y que abrazó cuando apenas tenía 13 años e ingresó a la redacción del Diario El Mundo.

El fanático hincha de Racing Club, que además trabajó en la revista del club, en los '60, editó varias publicaciones: la primera, “Todo” (1964/1965) y posteriormente la reconocida “Extra”, que salió semanalmente desde julio de 1965 hasta mayo de 1989.

Justamente “Extra” fue el primer semanario sobre política nacional de la Argentina y varios títulos de sus editoriales marcaron el pulso del país en un cuarto de siglo y desnudaron la mirada particular de Neustadt.

En marzo de 1973, antes de las elecciones que consagraron a Héctor J. Cámpora, definió: "A los demócratas: ¿Nos asustará la Democracia?, en tanto siete meses después decía “La paciencia de Perón se acaba” (febrero de 1974).

Tras el golpe de 1976 anunció: “No había golpistas: los fabricó el gobierno”, una década después, en los tiempos de buena aceptación del gobierno radical, se preguntaba: “¿Usted se tomaría un avión piloteado por Alfonsín?” (diciembre de 1985) y dos años después, ya en plena crisis de esa gestión, preguntaba “¿Por qué quieren castigar tanto a la clase media?”.

Su último editorial lo escribió para Extra en mayo de 1989, tras el triunfo de Menem, cuando aún no seducido por el riojano tenía un nuevo cuestionamiento: “País con F: ¿Felicidad o Fatal?”.

Como periodista entrevistó a las más grandes figuras de la política nacional e internacional de los últimos 50 años y, tras crear la radio “Millenium” en 1998, se concentró en su página de Internet (www.bernardoneustadt.org) y sus columnas semanales en Ambito Financiero.

Algunos dicen que en la vida no existen las casualidades, si las causalidades: la muerte de Neustadt, justamente el Día del Periodista, es una definición de su propia vida. Criticada, discutida y prestigiosa por igual, pero nunca indiferente.

Una polémica que no se acaba fácil. ¿Lo dejamos ahí, Doña Rosa...?

Bernardo Neustadt entrevista a Henry Kissinger en “Tiempo Nuevo” en 1994
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