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Represalia comercial de EEUU contra Argentina y otros países
Bush analiza eliminar beneficios luego de que fracasó la Ronda de Doha. Sería una venganza por la caída del ALCA fogoneada por Argentina, Brasil y Venezuela
7 de agosto de 2006
El Gobierno de Estados Unidos analiza si mantener o eliminar los beneficios comerciales que concede a Argentina, Brasil, Venezuela y otros países en vías de desarrollo, informó hoy la representante de Comercio Exterior, Susan Schwab.

La revisión del sistema de preferencias arancelarias se produce pocas semanas después del sonado fracaso de las negociaciones de la Ronda de Doha debido, entre otros factores, a la falta de consenso sobre la reducción de los subsidios y aranceles agrícolas.

"Esta revisión no debe interpretarse de ninguna manera como una medida punitiva, sino como parte de una amplia revisión del Sistema Generalizado de Preferencias que iniciamos hace diez meses", dijo Stephen Norton, un portavoz de la Oficina de la Representante de Comercio Exterior (USTR).

Pero muchos miembros del Congreso atribuyen el reciente colapso de las conversaciones comerciales internacionales a la reticencia de los grandes países en desarrollo, como India y Brasil, a abrir aún más sus mercados a los productos extranjeros.

"Tanto Estados Unidos como los países participantes se benefician del comercio expandido bajo el SGP, y es importante que este programa se vuelva a autorizar cuando venza a fines de año", dijo Schwab.

"Una de las preocupaciones que ha mencionado el Congreso es que los beneficios del SGP vayan en gran medida a unos pocos países, mientras que muchos países en desarrollo no comercian mucho bajo el programa. Queremos asegurar que estemos operando el programa como lo planeó el Congreso", dijo Schwab.

La oficina de Schwab explicó en un comunicado que el Gobierno del presidente George W. Bush iniciará en breve la segunda fase de su revisión del Sistema Generalizado de Preferencias arancelarias, destinado a impulsar la economía de los países en desarrollo.

Schwab se manifestó a favor de la continuación del programa porque, indicó, éste ha beneficiado tanto a EEUU como a los países participantes a través de la ampliación del comercio.

El programa, lanzado en enero de 1976, permite la importación libre de aranceles de más de 3.400 productos de 133 países y territorios.

Desde entonces, las autoridades comerciales de EEUU revisan la eficacia del programa para decidir si lo mantienen o no.

En 2002, Bush promulgó una ley que autorizó la continuación del programa hasta el 31 de diciembre de 2006.

Como parte de la revisión, las autoridades estadounidenses se concentrarán principalmente en aquellos países cuyas exportaciones a EEUU bajo este programa excedieron los 100 millones de dólares en 2005 y que, entre otros factores, fueron clasificados ese mismo año por el Banco Mundial como economías de ingresos medios-altos.

También tomarán en cuenta, en base a informes de la Organización Mundial de Comercio (OMC), si las exportaciones de esos países superaron el 0,25 por ciento de las exportaciones de todo el mundo en 2005.

Así, si Estados Unidos decide finalmente anular el programa de preferencias arancelarias -recibirá comentarios al respecto hasta el 5 de septiembre-, los países afectados serían LA Argentina, Brasil, Croacia, India, Indonesia, Kazajistán, Filipinas, Rumanía, Rusia, Sudáfrica, Tailandia, Turquía y Venezuela, indicó el documento.

Bajo el programa comercial, Estados Unidos importó un total de 26.700 millones de dólares en productos de los países en vías de desarrollo en 2005, un incremento del 18 por ciento respecto al año anterior.