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20 de abril de 2024
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Reclamo de España por la intervención de Aerolíneas
El vicepresidente Pedro Solbes dijo que un inversor privado necesita "reglas claras". Y hubo fuertes críticas de sectores empresarios. El Gobierno pide la intervención
10 de julio de 2008
El gobierno español respondió con un nuevo reclamo de "seguridad jurídica" y de aplicación y respeto a "normas claras y estables" ante el escenario de inminente intervención de Aerolíneas Argentinas que impulsa la Casa Rosada.

Pero el contemporizador mensaje que, ante una consulta de LA NACION, esbozó el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, provocó una indignada, pública e inesperada réplica de inversores en reclamo de que, "de una vez por todas, se haga algo" ante las "manadas de piqueteros pagados por alguien" que, como presión, "toleran los españoles que invierten" en el país.

El cauto reclamo de "seguridad jurídica" que esbozó el vicepresidente Solbes se produjo cuando LA NACION lo requirió públicamente sobre la eventual intervención de la aerolínea de capitales españoles.

El ministro respondió: "Lo primero que tengo que decirle es que no tengo información específica. Pero estamos hablando de una empresa privada que sé que ha estado negociando con el gobierno argentino, aunque no sé en qué términos."

Sin embargo, avanzó un poco más: "Si el ingreso de capital argentino es pactado, no tenemos nada que objetar. En general, lo que hemos aprendido es que el inversor privado demanda normas claras y estables. Cuando esto cambia y no se explican las razones, lógicamente los inversores piensan en hacer negocios en otras países con reglas más estables", concluyó.

Solbes, que es también ministro de Economía, soportó demudado y visiblemente incómodo la réplica que, a la vista de quien quisiera verlo, le interpuso el directivo del poderoso grupo Prisa Francisco Pérez González.

Fue una larga filípica contra las "bonitas palabras que dice" el gobierno socialista español "ante la situación que viven quienes invierten en la Argentina y que ya tuvo sus antecedentes en lo ocurrido con Repsol YPF".
Cruce sorpresivo

El sorpresivo cruce, revelador de un estado de ánimo entre los empresarios españoles, ocurrió en lo que, originalmente, se preveía como una apacible jornada de reflexión sobre el momento y el futuro de las relaciones entre España y América latina, convocada, como todos los años, en la sede de la Universidad Menéndez Pelayo por el Banco Santander, que en la Argentina controla al Santander Río.

De forma inesperada, y en presencia de una decena de periodistas, Pérez González, que hasta entonces escuchaba atentamente el debate, lanzó su dura diatriba contra la estrategia del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ante "lo que hace el gobierno argentino con las empresas españolas, que un día nos dice una cosa y otro día, otra, mientras el gobierno español sigue hablando de relaciones excelentes".

El empresario le reclamó al ministro por "usar bonitas palabras sobre relaciones excelentes" mientras "permite" que "manadas de piqueteros pagados por alguien y los gremios paralicen la actividad de Aerolíneas".

También le recriminó por lo que consideró su inacción ante "las presiones del gobierno argentino, que presionó al grupo que controla Aerolíneas (Marsans) para que, primero, cediera el cinco por ciento; luego, el 15 por ciento; más tarde nos enteramos de que es el 25 por ciento, y ahora, no sabemos qué ni quién sabe cuánto. Y lo mismo ya pasó con Repsol y seguimos sin decir nada".

Para entonces, la tensión ya se cortaba con cuchillo. Pérez González siguió: "Los inversores españoles en la Argentina están viviendo situaciones tremendas y escuchan, luego, por toda respuesta, cosas sorprendentes. Si vamos a seguir hablando de un mundo de magníficas relaciones cuando la situación real es ésta, pues, ¿qué hacemos?, ¿cuál es el futuro?", preguntó.

Ante la mirada fija y el rostro demudado de Solbes y de Luzón, el empresario abordó el final de su intervención con un nuevo reclamo público de seguridad jurídica para los inversores españoles. "Lo que necesita un inversor español es seguridad jurídica y que nos digan cómo van a ser las cosas. Las garantías jurídicas son fundamentales para seguir estando allí", dijo, en referencia a las inversiones en la Argentina.

Cuando el empresario de los medios terminó de decir lo suyo, el ministro socialista guardó silencio y optó por no contestar a tan duras declaraciones.

Luego, el micrófono pasó de mano. Y don Francisco, como se llama con respeto al veterano hombre de negocios, volvió a ocupar su silla. Pero, para entonces, su cabeza canosa se había convertido, de pronto, en el centro de todas las miradas.

El anfitrión del encuentro, el banquero Francisco Luzón, tampoco dio repuesta alguna al empresario. Esperó, como su invitado Solbes, a que terminara la dura queja por parte del empresario del grupo Prisa para luego -y tras unos instantes de tenso silencio- ceder la palabra a otro panelista. No pareció un momento muy cómodo para ninguno de los dos ocupantes de la cabecera de la larga mesa.