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26 de abril de 2024
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Rumores y desmentidas sobre la posible renuncia de Cristina
Aseguran que lo propuso el propio Néstor Kirchner para generar un "operativo clamor" que no prosperó. También se barajaría el nuevo rol de Cobos y cambios en el Gabinete
18 de julio de 2008
Gobernadores kirchneristas, dirigentes opositores y funcionarios de distinto rango se comentaban los rumores de pasillo que vaticinaban que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner barajaba su posible renuncia al máximo cargo tras no poder soportar el traspié que el miércoles tuvo en el Senado por la derogación de la ley de retenciones móviles, y que la habrían dejado débil para enfrentar a la nueva oposición: el campo.

En los pasillos de Casa Rosada se dijo de todo. Según el diario Clarín, se hablaba de fuertísimas discusiones en Olivos con los hombres más influyentes del gabinete. De una posición muy terminante de Néstor Kirchner acerca del deterioro del poder que significaba el cachetazo formidable del Congreso al rechazar las retenciones. Se mencionaba la existencia de un decreto de renuncia listo a la firma, de la convocatoria a la Asamblea Legislativa y unas cuántas cosas horribles por el estilo.

Pero, por la noche estas versiones habrían quedado desestimadas y los nervios habrían hecho ver al matrimonio K la posibilidad de cambios en el Gabinete.

Por su parte, según las fuentes del diario La Nación, Kirchner habló con dirigentes sociales, ministros y, lógicamente, con la presidenta Cristina Kirchner. Ante todos mencionó la hipótesis de la renuncia. Cuando no habló él, sus interlocutores fueron el secretario general, Oscar Parrilli, y el coordinador de Asuntos Políticos de la Unidad Presidente, Juan Carlos Mazzón.

Como resultado, Kirchner encontró poca aceptación: los más combativos -los piqueteros, sobre todo- le respondieron que contara con ellos, pero el líder de la CGT, Hugo Moyano, y algunos caciques del conurbano, como Hugo Curto (Tres de Febrero) y Mario Ishii (José C. Paz), lo rechazaron. Ninguno de los consultados supo discernir si la renuncia fue realmente evaluada o si sólo resultó un amago para provocar un operativo clamor.

Pero, el problema ahora los Kircxhner lo tiene con un soldado de su propia tropa, nada más y nada menos que el vicepresidente Julio Cobos.

Según pudo saber La Nación, ambos Kirchner parecían decididos a exigir la renuncia del vicepresidente. Pero algunos le sugirieron a Néstor Kirchner que leyera la súbita buena aceptación del vicepresidente en la sociedad. "Usala a favor", le dijeron.

Quién sabe qué pasará. Lo cierto es que al matrimonio K le llegó la hora de gobernar en una sociedad donde no todos se rinden a sus pies. Está bien que sepan que vivimos en democracia, y no en una monarquía.