El superávit fiscal primario -antes de computar el pago de intereses de la deuda pública- que acumuló el Gobierno entre enero y junio de este año ascendió a $ 20.310 millones. En base a esta cifra, las cuentas fiscales parecen sólidas. Sin embargo, la mayoría de los expertos empezó a advertir la existencia de algunos nubarrones que podrían marcar un cambio de tendencia, adelantó el diario Clarín.

Lo más llamativo, según el análisis del diario, fue que uno de los primeros en advertirlo fue el Banco Central. En su reciente informe sobre inflación planteó: "Se prevé que el superávit fiscal supere este año la pauta del Presupuesto Nacional 2008 del 3,15% del PBI". Pero inmediatamente aclara que ese resultado no está garantizado: "Dependerá particularmente de cómo evolucionen las transferencias corrientes al sector privado y la ejecución de proyectos de inversión financiados con fondos públicos", alerta.

La entidad que preside Martín Redrado también destaca la influencia que podría tener la actualización de las deducciones y del mínimo no imponible de Ganancias en caso de que se concreten los cambios que están en danza y que la CGT viene reclamando a la presidenta Cristina Kirchner. Y también puede cambiar el panorama fiscal si el Gobierno otorga "recomposiciones adicionales en los montos de los haberes jubilatorios".

Por el lado de los ingresos, el BCRA advierte que, descontando la inflación oficial, en el segundo trimestre de 2008, la recaudación tuvo una reducción en su tasa de crecimiento. Y que si no se toman en cuenta los Derechos de Exportación esa reducción sería "aún más pronunciada".

Por el lado de los egresos destaca el crecimiento del "gasto discrecional", impulsado por los subsidios al sector privado, ya que representaron en los últimos 12 meses el 3,9% del PBI.

Especialistas privados destacan, además, que el superávit fiscal se alcanzó con un gasto que resulta menor que el devengado. Esto significa que el Gobierno difirió pagos por los cuales acumuló una deuda que no se refleja en las planillas, que sólo muestran la situación "de caja". Por ejemplo, en junio, los gastos de capital tuvieron un incremento de sólo el 1,8% lo que revelaría una postergación de pagos de obras públicas.

Como contrapartida se esperan mayores ingresos para los próximos meses en Derechos de Exportación por la liquidación de las exportaciones postergadas por el conflicto rural.

Pero aquí hay otro conflicto porque los exportadores quieren pagar las retenciones al 27,5% y sobre los precios vigentes a fines de 2007 con el argumento de que declararon anticipadamente esas ventas al exterior.

El Gobierno, a través del ONNCA, impugnó declaraciones por un equivalente a 24 millones de toneladas, lo que representa para el Fisco unos 1.700 millones de dólares. Es un monto que si se cobra o deja de percibirse altera significativamente las cuentas públicas.

Con un Tesoro muy dependiente de los derechos de exportaciones, otro dato clave para el futuro fiscal es si se mantienen o retroceden los precios internacionales de las materias primas y alimentos. En las últimas semanas se observaron caídas significativas en varios comodities por la fuerte recesión en los Estados Unidos y en buena parte de Europa.

Por ejemplo, la consultora Prefinex vaticina que la recesión mundial contraerá el comercio internacional y "el descenso de las materias primas tendría un fuerte impacto, tanto en el superávit fiscal primario como en el comercial, catalogados habitualmente como escudos frente a las turbulencias internacionales", concluyó, consultada por Clarín.