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25 de abril de 2024
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De terror: Bussi lloró y justificó a la última dictadura militar
El juicio en Tucumán se reanudó con la lectura de la acusación. El ex militar insistió en hablar de "una guerra" y de "marxistas leninistas" que querían "tomar el poder"
8 de agosto de 2008
El pasado sigue alcanzando a la Argentina y con su peor cara.

En su primera declaración ante el tribunal tucumano que lo juzga por violaciones a los derechos humanos perpetradas en esa provincia durante el último gobierno de facto, Antonio Bussi defendió y justificó el accionar de la dictadura.

Insistió en que había "una guerra" contra "terroristas marxistas leninistas". Y, en al menos tres oportunidades, lloró.

El primer juicio oral que se celebra en Tucumán contra Bussi y Luciano Benjamín Menéndez se reanudó al mediodía después de un cuarto intermedio que había solicitado la defensa para que volvieran a someter a un análisis médico al ex gobernador.

La fiscalía rechazó el pedido y, tras una breve deliberación, el tribunal aceptó el rechazo: el ex militar no volvió a ser examinado.

Bussi usó la oportunidad que le dio la Justicia para declarar en el juicio después de que concluyó la lectura de la acusación y antes de que comiencen las indagatorias a los testigos. Leyó un texto que había preparado y dijo que había más detalles en un anexo.

Durante su discurso, Bussi criticó "la omisión sistemática y deliberada del marco histórico". Y, en su versión de ese "marco histórico", sostuvo que en Tucumán "tuvo lugar una guerra para aniquilar la agresión marxista leninista de bandas de delincuentes terroristas organizadas, equipadas e instruidas militarmente con apoyo extranjero e ideológicamente fanatizadas para procurar, con el terror y la muerte, la toma del poder político de la nación".

También dijo que "esas bandas no eran jóvenes idealistas sino traidores a la Patria", que "los ideólogos de la subversión hoy (están en el) Gobierno" y que "el gobierno de María Estela Martínez, con el apoyo del pueblo, repelió constitucional, institucional y militarmente la agresión".

Tres veces lloró: cuando empezó su discurso, cuando se manifestó emocionado al recordar que fue elegido gobernador (un cargo que ya había ocupado durante la dictadura) por votación democrática, y cuando se mostró como una víctima de "la venganza de los derrotados de ayer en los montes y las urnas tucumanas" que, según él, querrían destruirlo "como ciudadano, militar y político".

Antes de terminar con su declaración y responder las preguntas del fiscal, el ex gobernador cuestionó a los médicos que dijeron que está en condiciones de salud de afrontar el proceso. El juicio oral se reanudó esta mañana después de que fuera interrumpido el martes , el mismo día en el que había comenzado, cuando Bussi, de 82 años, con problemas cardíacos crónicos y que entró con asistencia respiratoria, adujo un dolor en el pecho y fue retirado de la sala en camilla. El acusado permaneció 48 horas internado en una clínica, un médico de la Corte Suprema dictaminó que está "compensado" y en condiciones de afrontar el juicio.

Bussi y Menéndez están acusados por la desaparición del ex senador Guillermo Vargas Aignasse, en 1976. La causa es la primera que llega a juicio oral de un medio millar por crímenes de lesa humanidad cometidos en Tucumán antes de y durante la dictadura.

Según la acusación, Aignasse fue secuestrado de su casa el 24 de marzo de 1976, torturado en la Brigada de Investigaciones y trasladado a la cárcel de Villa Urquiza. La versión militar sostiene que el dirigente fue liberado el 5 de abril y secuestrado por un grupo armado desconocido -versión reiterada hoy por Bussi-.

Pero la acusación les reprocha a los máximos jefes de zona (Menéndez) y subzona (Bussi) de la llamada "lucha antisubversiva" el "haber parodiado una supuesta libertad" del legislador para luego hacerlo desaparecer.