En una jugada al límite, que busca poner en caja la apuesta especulativa de los mercados contra la Argentina, el Gobierno de Cristina Kirchner anunció que saldrá a recomprar la deuda del próximo año y medio, porque considera que está barata.

Así, busca dar una señal de fortaleza luego de que en la última semana los inversores apostaron fuerte contra los bonos de la deuda local, y hasta echaron a rodar versiones de que al país se le bajaría su calificación internacional.

La decisión de la Presidenta, asesorada por su equipo económico y, se supone, por el ex presidente Néstor Kirchner, busca torcerle el brazo a la especulación financiera y, de paso, hacer un buen negocio, recomprando papeles a bajo precio.

Es que el país está en condiciones de aprovechar su superávit fiscal atesorado en el Banco de la Nación, para realizar una fuerte compra de títulos públicos.

Semejante apuesta, se espera, provocará una revalorización en la cotización de esos papeles, lo que hará descender en forma brusca el riesgo país, la prima extra que se paga sobre la tasa de interés rectora de los Estados Unidos.

Por ahora la jugada quedará acotada a los bonos que vencen entre este año y el próximo, pero si hace falta se podría ir por más, deslizaron fuentes oficiales consultadas por Asteriscos.Tv.

Desde el Gobierno argentino enviaron una clara advertencia a los mercados, al advertir que, a su juicio, los precios de los bonos están muy por debajo de su valor real.

"A estos valores los títulos públicos de la Argentina ofrecen una gran oportunidad y el gobierno está dispuesto a aprovecharla", dijeron desde el Palacio de Hacienda.

Así, la caída de los títulos provocada por la confusa operación de la última semana de venta de bonos por 1.000 millones de dólares a Venezuela podría, si sale bien, terminar beneficiando a las finanzas de la Argentina.

El ministro de Economía, Carlos Fernández, ratificó en la reunión de Olivos que la cotización actual de los bonos "en nada se corresponden con la solidez de las variables económicas y sociales que rigen en nuestro país".

La Argentina se encamina así a concretar la segunda pulseada fuerte con los mercados, luego de que en el segundo trimestre echó mano de 3.000 millones de dólares de las reservas para sofocar una corrida cambiaria que llevó el dólar a 3,25 pesos.

La dura intervención del Banco Central, cuyo presidente Martín Redrado no es ajeno a la estrategia decidida en Olivos, hizo que la divisa estadounidense cayera a 3,05 pesos.