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27 de abril de 2024
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Misteriosa desaparición de tres jóvenes empresarios
Dos de ellos se ocupan de vender y distribuir medicamentos. El otro se dedica a la publicidad. El jueves se encontraron y nadie los volvió a ver
13 de agosto de 2008
El jueves fue el último día que los vieron. Sebastián Forza (34) y Damián Ferrón (37), distribuidores de medicamentos. El tercero, Leopoldo Bina (35) era publicista. Desde entonces, nadie sabe nada de ninguno de los tres.

Su desaparición guarda aún más intrigas y demasiado temor en su entorno: la Suzuki Vitara de Damián apareció incendiada el mismo jueves, cerca de las 20, en Galicia al 2700 (Flores); tres horas más tarde, el Peugeot 206 de Sebastián fue hallado estacionado, con las llaves puestas, en Solís al 1000 (Constitución).

Según pudo saber el diario Clarín, los tres empresarios desaparecieron el mismo día y posiblemente a la misma hora, ya que se sospecha que, luego de almorzar, Sebastián y Damián se encontraron con Leopoldo en un punto por ahora desconocido. A partir de allí, se los tragó la tierra: ninguno se comunicó más con su familia, amigos, conocidos ni compañeros de trabajo y sus teléfonos quedaron mudos.

Dentro de la camioneta incendiada se encontraron semi-quemados los documentos de Damián y de Sebastián. No así los de Leopoldo, a pesar de que había salido de su casa consu DNI, registro de conducir, cédula y fotos familiares en un portadocumentos. Más extraño aún, en la Suzuki de Damián fue hallada un arma que Sebastián siempre llevaba en su auto.

La pistola estaba sin cargador y sin balas. "Eso es llamativo, porque él siempre la tenía cargada", contó un amigo a Clarín.

En la misma noche del jueves, las familias de los tres denunciaron la desaparición en la comisaría 50. La fiscal de Instrucción Ana María Yacobucci inició así una investigación por "averiguación de paradero" y "privación ilegítima de la libertad".

El hermetismo de los investigadores y de las familias es total. Nadie quiere dar demasiados detalles por temor y precaución. Por ahora, ninguna hipótesis está descartada. "No recordamos otro antecedente de tres personas desaparecidas juntas así, al menos en esta época", dijeron fuentes del caso.

Los tres desaparecidos están casados y cada uno tiene un hijo (todos menores de 4 años). Sebastián vive en Pilar y los otros, en Capital Federal. Los dos que se dedican a los medicamentos son de muy buena posición económica y uno es hijo de un directivo de los laboratorios Abbot, según contaron allegados a Clarín.

Si bien Sebastián y Damián son dueños de farmacias y además reparten medicamentos, no son farmacéuticos matriculados. Según contaron fuentes de la investigación a Clarín, "ambos habían denunciado a grupos que hacían negocios paralelos con los medicamentos, los racionalizaban y después los revendían".

Eso había hecho que Sebastián recibiera amenazas telefónicas. "Desde principio de este año estaba bastante preocupado. Una vez le habían dejado una silla de ruedas en un comercio con un mensaje mafioso", señaló un amigo.

Pero ¿qué cosas unían a estos dos comerciantes de remedios y al publicista, hijo del dueño de una revista? Por empezar, los tres iban a jugar pelota paleta al club Palmar, de Liniers. Allí, "Leo" -como lo llaman- conoció hace sólo tres semanas a Damián y Sebastián, que sí tenían una larga amistad. Ultimamente los tres se habían hecho "compinches y casi todos los días jugaban", precisaron.

Lo último que supieron amigos y familiares de los tres fue que en la tarde de aquel jueves irían a practicar al club. Pero allí no llegaron jamás.

Al principio, las familias pensaron que se trataba de un secuestro. Pero nadie recibió pedidos de rescate, según voceros del caso.

"Estamos rastreando todo. Buscamos en los pasos fronterizos para saber si salieron del país, analizamos los celulares y los movimientos de cuentas particulares. Pero hasta ahora todo fue negativo. Es como si se hubieran esfumado. Es un caso confuso y no se descarta ninguna hipótesis", sugirieron investigadores a Clarín.

En tanto, los amigos de los tres empresarios insisten con que alguien debe haber visto algo. "Desaparecieron a plena luz del día y nadie se puede llevar a tres personas juntas sin actuar como si fuera una especie de grupo comando. Uno solo no hizo esto. Estamos desesperados, como todos sus familiares", dijeron a Clarín.