Cada vez quedan menos dudas de que se trató de un crimen mafioso.

Las autopsias determinaron que Sebastián Forza (34), Damián Ferrón (37) y Leopoldo Bina (35) fueron asesinados de 16 disparos efectuados por la espalda mientras los mantenían arrodillados en el zanjón cercano a la ruta 6, en General Rodríguez, donde fueron encontrados.

Forza recibió siete disparos y un fuerte golpe en la nuca. Ferrón presentaba cinco balazos y una lesión en la boca. Y Bina cuatro, todos efectuados en el pecho y la cabeza.

A los tres les colocaron precintos plásticos en las manos para inmovilizarlos, pero luego de asesinarlos se los quitaron.

Las fuentes del caso dijeron que el hecho de que Forza -dueño de una droguería- haya sido quien recibió la mayor cantidad de disparos "es algo que nos sugiere varias cosas, porque demuestra que tenían mayor animosidad hacia él y es algo que vamos a investigar".

El subsecretario de Investigaciones del Ministerio de Seguridad bonaerense, Paulo Starc, aseguró que a los tres hombres "los fueron a buscar para matarlos" y que los homicidas conforman "una organización bien preparada".

Reiteró que el hecho "tiene ribetes fuera de lo normal", y explicó que "fueron secuestrados el jueves, los tuvieron privados de la libertad hasta el lunes y los ejecutaron".

Ante los datos surgidos en las últimas horas, los investigadores ahondaron en la hipótesis de un crimen mafioso vinculado al narcotráfico. Inclusive el fiscal que investiga el doble crimen de colombianos en un shopping de Martínez pidió que se comparen los proyectiles de ambos casos.

Los investigadores tuvieron en cuenta que a los jóvenes empresarios los fusilaron de varios disparos cada una efectuados con dos pistolas, como ocurrió con los colombianos Héctor Edilson Duque Ceballos y Jorge Alexander Quintero Gartner en el shopping de Martínez. Incluso una de las pistolas utilizadas en la masacre de General Rodríguez es calibre .40, el mismo usado por los dos "killers" que asesinaron a los colombianos.

Fuentes del caso revelaron, además, que se detectó una comunicación telefónica entre una de las víctimas de esta masacre y el único colombiano sobreviviente del doble crimen del Shopping Unicenter, Julián Andrés Jiménez Jaramillo.

La policía investiga un posible vínculo de los asesinados con una desbaratada organización de mexicanos que elaboraban drogas sintéticas en la localidad bonaerense de Ingeniero Maschwitz.

La policía cree que puede haber una conexión con la provisión de precursores químicos que sirven para la creación de drogas sintéticas. Los investigadores saben que el mercado de las drogas se mueve en torno a las denominadas "sustancias de corte", entre las que la efedrina es una de las principales. "La efedrina se consigue muy barata en la Argentina, pero en Estados Unidos se vende 16 veces más cara", dijeron.

No obstante, los investigadores aún no descartaron la pista que surgió de una denuncia sobre una organización de venta ilegal de medicamentos que formuló Forza, en una causa en la que era considerado "testigo protegido".

También tienen en cuenta que allegados a la víctima revelaron que Forza mantenía una deuda de entre ocho y doce millones de pesos y que había librado unos 650 cheques sin fondos, lo que fue desmentido por su viuda.

En tanto, el ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli, dijo que el triple crimen "sin duda que tiene ribetes de ejecución mafiosa, por las características" y que hay "unos cuantos datos que ya tenemos unidos que no podemos ventilar públicamente", aunque sugirió que se trataría de una cuestión ligada a la comercialización de drogas.