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19 de abril de 2024
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Con polémica, llega "Una guerra de película"
La última del genial comediante Ben Stiller es una despiadada y exitosa sátira que se ríe de Hollywood y ya provocó quejas entre grupos que defienden a las minorías
31 de agosto de 2008
El próximo jueves llega Una guerra de película, despiadada y exitosa sátira que se ríe de Hollywood y ya provocó varias quejas, informa Natalia Trzenko en LA NACION.

Ben Stiller escribió, dirigió y protagonizó Una guerra de película, el film que UIP presenta este jueves en la Argentina.

El actor y director escribió un guión, junto con Justin Theroux y Ethan Coen, en el que apunta directo al corazón de las tinieblas, pero no de la guerra, sino de un territorio para él tan hostil como gracioso: Hollywood.

En su primer proyecto de dirección en siete años (la última vez había estado al frente de esa rara comedia sobre la industria de la moda, Zoolander), Stiller tomó retazos de dramones, como Pelotón; Rescatando al soldado Ryan; El francotirador, y los mezcló con Las reglas del juego, de Robert Altman.

El resultado es una película muy graciosa, grandilocuente y tan políticamente incorrecta que no debe quedar asociación de defensa al ciudadano en los Estados Unidos que no haya protestado en su contra.

De hecho, 22 grupos que luchan por la dignidad de las personas con discapacidades intelectuales organizaron un boicot a la película al que se sumaron algunas voces de la comunidad afroamericana y la judía.

Peculiar logro el de Stiller y sus socios, que se las arreglaron para ofender a tantos en apenas 107 minutos de película. Y, sin embargo, el grupo que es verdaderamente castigado en el film, los productores, agentes, actores, directores y miembros de la Academia que pululan por la industria del cine -sí, se meten con los dorados Oscar también-, decidió mirar para otro lado.

Y no sólo eso. El estudio le asignó a esta sátira que lleva dos semanas en el primer puesto de la taquilla norteamericana un presupuesto de casi 90 millones de dólares, una cifra bastante más elevada de la que suelen recibir las comedias.

Sin llegar a los extremos de Apocalipsis Now, entre el elenco de Una guerra de película también hubo problemas. En realidad, el conflicto fue de Owen Wilson, que debía interpretar al representante del personaje de Stiller, pero nunca llegó al rodaje porque coincidió con su depresión y posterior intento de suicidio. Su lugar lo tomó Matthew McConaughey.

"Es un tema espinoso, pero sentimos que siempre y cuando el foco estuviera en esos actores que estaban haciendo algo demasiado arriesgado y loco para que los tomaran en serio, el humor saldría de allí. La broma es a los actores que interpretan a ciertos personajes para ganar premios." Así se defendió Ben Stiller de quienes lo acusaban de burlarse de las personas con discapacidades mentales. La escena que más irrita es una en la que Tugg (Stiller) y Kirk (Downey Jr.) discuten cuán "retardado" hay que actuar para ganarse un Oscar.