Caso Grassi: "Me sacó el pantalón y el calzoncillo" - Asteriscos.Tv
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29 de marzo de 2024
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Caso Grassi: "Me sacó el pantalón y el calzoncillo"
El testigo ratificó lo que denunció hace seis años: que el sacerdote Grassi lo sometió sexualmente, por lo menos en once ocasiones. “Reiterarlo es angustiante", dijo
12 de septiembre de 2008
Escuharlo hablar, y valbucear aquellos macabros recuerdos causa escalofrío. Sin embargo, el testigo habla, cuenta, recuerda, como puede, esos terribles momentos donde el acusó sacerdote Grassi lo abusaba.

"Subimos, me pidió que hiciera silencio porque Flavio dormía. Entramos a la habitación. Cuando cierra, estaba hecha del mismo material de la pared que divide. Yo quedo mirando la fotografía de los padres. Me introdujo a la cama. Quedo de espaldas a la pared. Me saca la remera. Me ardía la espalda con su torso, me pinchaba, me besaba el cuello, la nuca, tengo recuerdos horribles del pozo que hace el cuerpo de una persona en un colchón. Quedé en ese espacio, con la almohada. Me sacó el pantalón y el calzoncillo”.

Luis, fue uno de los internos de la Fundación Felices los Niños que denunció haber sido abusado por Julio César Grassi. En la jornada de ayer ratificó con esos detalles lo mismo que denunció hace seis años: que el cura lo sometió sexualmente, por lo menos, en once ocasiones. Agotado, reveló: “Reiterarlo es angustiante”. Y siguió: “Se puso arriba, empezó a moverse, tenía el pene erecto, sobre mi cola, friccionaba su pene de adelante hacia atrás en el medio de su cola. Me causaba dolor por la presión que hacía sobre esa parte del cuerpo. Tenía la zona de la cola con dolor y ardor por sus pelos”.

Lo escuchaban los jueces del Tribunal Oral uno de Morón, que juzgan al cura por abuso y corrupción de menores. Lo escuchaba también el cura, sentado en el banquillo de los acusados.

Grassi no la venía pasando bien desde que comenzó el proceso en su contra, hace tres semanas, pero lo de ayer fue lo más parecido a un golpe de gracia. Fuentes judiciales contaron que el religioso se vio superado por el testimonio del joven, que hoy tiene 17 años, y que su cara trasuntó incomodidad. El testimonio del muchacho comenzó a las doce del mediodía. Desde ese momento, y durante tres horas, respondió las preguntas de los fiscales Alejandro Varela y Carolina Rodríguez. El testigo no mezquinó detalles y en varios tramos de su declaración se acercó a los jueces para explicarles cómo era el lugar donde el sacerdote, recordó, abusaba de él. Luis agregó que todos los abusos ocurrieron en el año 2000.

Pero todavía tiene algo más para decir porque se trata del mismo denunciante que dio origen a una causa radicada en la Justicia de Santa Cruz. Es el mismo chico que contó que en el año 1998, durante un viaje de un contingente de la Fundación a la localidad de El Calafate, el cura se aprovechó de él. Esa denuncia desencadenó en la famosa pericia psiquiátrica, que es otro de los elementos determinantes incorporados al juicio de Morón. Ese estudio define a Grassi con los rasgos de un delincuente sexual.

Pero lo del chico, que siempre se refirió a Grassi como “este cura”, tuvo su pico emotivo al final. Cuando los fiscales le recordaron que el acusado había dicho que él estaba presionado para declarar en contra y le preguntaron si sentía libre para hablar, Luis dijo: “Me siento libre como nunca y poder declarar es convertir esto en pasado, para tener una vida ordenada. Varias veces tuve relaciones con otras chicas y siempre se me aparecía en esos momentos la figura de este cura. Ojalá esto no me hubiera pasado”.

Como si hubiera estado en otro lado, al salir de la sala, el cura dijo que, luego de escuchar al chico, confía en que va a ser absuelto.