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25 de abril de 2024
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Plata para Líbano
Durante semanas EEUU no supo frenar la guerra. Ahora, enviará a esa zona devastada U$S 230 millones y trigo. Bush pidió una fuerza de paz internacional
21 de agosto de 2006
Tras varias semanas en que se mostró impotente para frenar la guerra entre Israel y la milicia libanesa de Hizbollah, el presidente George W. Bush dijo que se requiere urgentemente de una fuerza internacional para mantener la paz en la frontera libanesa israelí, y anunció un paquete de ayuda de 230 millones de dólares para el Líbano, que incluye 25.000 toneladas de trigo.

"La necesidad es urgente. La comunidad internacional debe ahora designar al liderazgo de esta nueva fuerza internacional, delinearle claras normas de acción y desplegarla lo más rápido posible para asegurar la paz", declaró el mandatario en rueda de prensa en la Casa Blanca.

El pedido de Bush llega en momentos de fragilidad para la tregua en la región, que puso fin a más de 30 días de combates entre Israel y el grupo terrorista Hezbollah, que costaron la vida de más de 1200 persnas. Ayer, Israel amenazó con volver a atacar en el Líbano si la organización terrorista chiita no se desarma. La advertencia llegó un día después de la incursión en el valle de Bekaa, que costó la vida a un oficial israelí y a tres combatientes de Hezbollah.

El gobierno libanés ha estimado que las reparaciones del daño causado por la guerra tendrán un costo total de 3600 millones de dólares. No hay estimaciones aún del costo de la recinstrucción en Israel.

El mandatario norteamericano volvió a desestimar una pronta salida de Irak. "Hay mucha gente, gente buena y decente que dice que nos retiremos ahora, totalmente equivocada", dijo Bush.

El presidente estadounidense urgió a la ONU a actuar con rapidez para imponer sanciones contra Irán, si la república islámica persiste en continuar sus actividades de enriquecimiento de uranio.

"Espero que sí", respondió Bush a un periodista que le preguntó si el Consejo de Seguridad de la ONU debía aprobar inmediatamente sanciones si Irán no suspendía su programa de enriquecimiento de uranio antes del 31 de agosto, fecha de expiración del plazo para hacerlo.

"Si alguien se burla del Consejo de Seguridad, eso debe tener consecuencias", agregó Bush.

La respuesta iraní fue en el sentido contrario. La nación musulmana consideró "imposible" suspender el enriquecimiento de uranio, como exigen las grandes potencias mundiales y la ONU, e incluso anunció progresos en sus proyectos nucleares.

"Con los avances técnicos de los científicos iraníes y en las condiciones actuales, la suspensión es ahora imposible", dijo Mohammad Saidi, vicepresidente de la Organización Iraní para la Energía Atómica.

Poco antes, fue la más alta autoridad del Estado iraní, el ayatolá Ali Jamenei, quien afirmó que "en el tema nuclear y en otros asuntos, con la ayuda de Dios, de la paciencia y del esfuerzo, Irán proseguirá su camino con fuerza y recogerá los frutos".

Esas declaraciones van en el mismo sentido que las de distintos funcionarios del régimen islámico, y todas coinciden en rechazar la oferta de cooperación de las grandes potencias a cambio de que Teherán suspenda el enriquecimiento de uranio.