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20 de abril de 2024
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Por primera vez desde 2002 cae la actividad en el sector textil
Además, hay menos producción que el año pasado. Empresarios dicen que las causas son la suba de costos y las mayores importaciones. La opinión de especialistas
2 de octubre de 2009
Para la industria textil éste es por lejos el peor año de la posconvertibilidad. De hecho, es la primera vez desde 2002 que su producción muestra resultados inferiores a los del año anterior.

Los empresarios señalan como principales causas el fuerte crecimiento de las importaciones, en especial las chinas, al retraso del tipo de cambio y una baja de la demanda, que se hizo más notoria durante el conflicto con el campo, pero continúa hasta el presente. Los economistas añaden otros factores, como la suba de salarios, la dificultad del sector para ampliar la capacidad instalada y su bajo nivel de productividad en relación con otras ramas de la industria.

Según el índice de producción industrial (IPI) que publica la consultora de Orlando Ferreres, y a la que tuvo acceso el diario La Nación, entre enero y agosto la producción textil cayó 9,1% respecto del mismo período de 2007. El resto de las industrias muestran resultados positivos en los primeros ocho meses, con la sola excepción de las refinerías (cayeron 1,5%).

El Estimador Mensual Industrial (EMI) del Indec muestra muy diversos comportamientos según la rama de producción. El período enero-agosto registró una caída del 29,5% para la fabricación de fibras sintéticas y artificiales respecto del mismo período de 2007 y del 1,6% para la producción de hilados de algodón. Los tejidos mostraron una suba del 6,6 por ciento.

"Dentro del sector industrial es el más mano de obra intensivo. La participación del salario en el total de costos es mayor y los aumentos que hubo reducen fuertemente los márgenes de las empresas", opinó el economista de FIEL Abel Viglione, consultado por La Nación.

Su colega Fausto Spotorno, de la consultora de Ferreres, señaló: "La industria textil tiene muy baja capacidad ociosa y cualquier parada la afecta. Es un sector muy poco productivo y apenas el tipo de cambio comienza a apreciarse lo siente".

La cotización del dólar es uno de los temas más sensibles para los textiles. Karagozian sostuvo que para reflejar el aumento de los salarios "sólo en el último año" esa divisa no debería estar a menos de $ 4 por unidad. ¿Esa cotización no generaría inflación? "No, sólo estaría mostrando la inflación que ya hubo. Desde hace tres años que el dólar está a $ 3 y la inflación siguió", respondió el CEO de la mayor hilandería del país.

Su empresa registra este año una demanda un 25% más baja que en 2007. "Lo que nos pasa a nosotros le va a pasar al resto de las empresas [no textiles] en 3 meses", advirtió.

Con una empresa mucho más chica (12 personas en total), Reeves coincidió con Karagozian en señalar el daño que le produce el ingreso de mercadería china. "Las importaciones crecieron tanto que podría haber una sustitución de producto nacional", dijo. El fundador de Nubecita contó que sus ventas no crecieron este año y que el cierre temporal de su fábrica "fue una sensación muy fea" porque causó incertidumbre entre sus empleados.

Según la Fundación Pro Tejer, las importaciones textiles ascenderán este año a US$ 1700 millones, 50% más que en el pico de la convertibilidad. Las de origen chino (26% del total) se quintuplicaron en dos años.

El economista de la institución, Mariano Kestelboim, estimó que la producción de los sectores textiles más afectados por las importaciones -tejidos planos, confección de indumentaria, blancos para el hogar- cayó entre 40 y 50%. Los menos golpeados -tejedurías de punto, hilanderías, tintorerías- bajaron entre 20 y 30% en el segundo trimestre y hoy se acercan a los niveles de 2007.

"Aunque es difícil englobar todo en una cifra, en el acumulado de este año hubo una caída respecto de 2007", indicó Kestelboim que brindó otras señales de crisis: se pasó de trabajar tres turnos a dos; el uso promedio de la capacidad instalada cayó de 80 a 65%, y en el momento más crítico llegó a haber 6000 suspensiones en este sector, que emplea a más del 10% de los trabajadores industriales argentinos.

La actividad textil ha sido una de las más cercanas a los dos gobiernos kirchneristas. La mayoría de los empresarios de ese rubro elogian la política oficial y le reconocen un papel fundamental en el 120% de crecimiento que experimentaron entre 2002 y 2008. Sin embargo, ahora esa luna de miel peligra: reclaman más protección frente a las importaciones.

En el mercado de la indumentaria la situación no es tan complicada como en la industria textil propiamente dicha.

Mariano Rodríguez Giesso, titular de Giesso, sostuvo que, aunque a tasas más bajas que en los años precedentes, todavía registran crecimiento.

Su empresa muestra este año un crecimiento del 32 por ciento en la facturación. A diferencia de los industriales, Rodríguez Giesso descree de la efectividad de la protección a la industria textil local y considera excesivo el arancel del 35 por ciento para las importaciones.

"Todavía no descubro por qué la Argentina sigue protegiendo a la industria textil. Los que trabajan en la industria textil son muy pocos y los que consumen los productos somos 40 millones.

"Si la industria está golpeada este año seguramente es porque no pueden ser más productivos. El tipo de cambio no ha sido un impedimento para la industria brasileña", sostuvo, apelando a su condición de economista.