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26 de abril de 2024
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El Gobierno le reclamó al FMI créditos más baratos y flexibles
A través del ministro de Economía, Carlos Fernández, pidió que cambien las condiciones exigidas por el organismo para financiar a los países miembros
14 de octubre de 2008
El Gobierno argentino parece haber recuperado el interés por los créditos del FMI: exhortó al organismo a dar préstamos baratos y con menos exigencias para los países miembros que necesiten defenderse de la crisis financiera mundial. Y le reclamó que elabore una propuesta antes de la próxima reunión plenaria, programada para abril de 2009.

Así lo dejó documentado el ministro de Economía, Carlos Fernández, durante su paso por la asamblea anual que deliberó el fin de semana en Washington, según pudo saber el diario Clarín.

El planteo oficial argentino quedó plasmado en dos documentos críticos que Fernández presentó en las deliberaciones. Y alcanzó también --aunque con menor énfasis-- al Banco Mundial.

"En virtud de este nuevo marco, estamos abiertos a debatir nuevos instrumentos de prevención de crisis y para proveer líneas de liquidez a corto plazo. Las propuestas que plantean que sólo podrán acceder a estos instrumentos los países que precalifiquen en base a requisitos previos no constituyen más que un cambio cosmético", planteó. Los conceptos figuran en los puntos 18 a 22 del documento de 16 carillas que el ministro presentó ante el Comité Financiero del Fondo.

En un primer momento, la delegación distribuyó sólo un resumen del mismo. La versión completa, en inglés, fue publicada recién ayer en el sitio web del FMI.

"Hacemos un llamamiento al FMI para que agilice su labor y presente una propuesta concreta sobre instrumentos de liquidez mucho antes de las reuniones de primavera (boreal) de 2009", sostiene.

Y agrega que debe "ampliar significativamente el acceso al financiamiento bajo un esquema sin las actuales condicionalidades que no se ajustan a la realidad económica y política de nuestros países".

"Reiteramos también nuestro llamado a una amplia revisión de los criterios de acceso y límites de financiación para la utilización de los recursos del FMI", añade. Sobre el Banco Mundial, se hicieron comentarios similares en otro informe presentado ante el Comité de Desarrollo.

El documento aborda varios aspectos del debate sobre el rol del Fondo Monetario frente a la nueva situación mundial, como la reasignación de las cuotas entre los miembros, la distribución de votos y otras cuestiones vinculadas. Pero la mayor atención se fijó sobre los préstamos y sus condicionalidades.

El planteo encuadra en los anuncios que hizo el titular del FMI, Dominique Strauss-Kahn, en el sentido de que habrá mayor flexibilidad para atender con créditos a los países que enfrenten dificultades financieras. Incluso dijo que había algunos que ya habían solicitado ayuda, aunque evitó nombrarlos. Según trascendió, habría varias naciones de Africa y otras de Europa del Este, como Hungría y Ucrania.

En el mismo sentido se expresó aquí el titular del Hemisferio Occidental, Anoop Singh, quien dijo que los países de América latina que necesiten ayuda del FMI para enfrentar la crisis podrán obtenerla de inmediato.

Los créditos del Fondo podrían negociarse con intereses en torno del 5% anual, según los indicadores actuales del organismo. Altas fuentes de la delegación argentina en Washington habían revelado que veían con buenos ojos este giro, pero aclararon: "Nunca esperamos mucho del FMI."

Por ahora, según los funcionarios, la Argentina cuenta con reservas de dólares elevadas, superávit fiscal y comercial, que le permiten defenderse de la crisis sin necesidad de acudir a otras fuentes de financiamiento.

Además, remarcan, "todos saben lo que piensa la presidenta Cristina" sobre el organismo, al cual el país le pagó toda la deuda al contado en enero de 2006 para quitárselo de encima.

Sin embargo, por el cambio de las condiciones financieras internacionales, el Gobierno argentino se vio obligado a realizar ajustes que van en la misma dirección que las recetas del Fondo: subió las tarifas, recortó los subsidios, contrajo el gasto público, entre otras cosas.

Por su lado, el Fondo Monetario Internacional aparece ahora, como saldo de la crisis, dispuesto a aplicar en sus métodos las recetas que siempre recomendó Argentina: atender con mayor agilidad a los países y no fijar condicionalidades que desconocen la dinámica interna de cada nación.