25 de abril de 2024
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La loca vida de sexo y drogas del hijo menor de Palito Ortega
El cineasta Luis Ortega confesó que a los 15 años tomaba LSD y opio, y tenía sexo sólo con prostitutas. La vida alocada del joven a espaldas de su severo padre
17 de octubre de 2008
“El LSD era mi Dios” definió en la revista Rolling Stone el cineasta Luis Ortega en una entrevista exclusiva, donde reveló sus años de “locura” en el consumo de drogas y la vida promiscua, teniendo sexo en forma constante solo con prostitutas de “siete pesos”.
El menor de los varones del ex gobernador de Tucumán Palito Ortega, mostró así la otra cara de una familia “muy normal” que el cantante y productor edificó con su esposa Evangelina Salazar, y que era vendida como ejemplar por los medios en el marco de su carrera política.
El talentoso director de “Caja negra” siempre se mostró como un rebelde dentro de esa familia y ahora lo desnudó contando sus aventuras a los 15 años, apenas llegó a Buenos Aires luego de vivir la etapa de gobernador de su padre en Tucumán.
“A los 15 llegué a Buenos Aires y descubrí las drogas, la gran ciudad y el cine. En esa época tomaba de todo, anfetaminas, cocaína, free base con bicarbonato. Pero la droga que más me impactó fue el LSD”, reveló Ortega.
Luego agregó: “ Para mi el LSD era la presencia de Dios en la Tierra. Lo he tomado en mi casa, para ir a comer con mis viejos y para charlar con el psicólogo e ir la escuela”.
También reveló que durante tres o cuatro años probó muchas cosas como por ejemplo gotas de ácido “que empapábamos en los caramelos. Mogol y los íbamos comiendo por la calle”.
“Tomé ácido tres o cuatro años intensamente, también conseguía heroína por esos años, me la traía un amigo marinero al que le pedía opio”, relató.
También comentó que en la provincia que gobernaba su padre comenzó a tener relaciones sexuales con prostitutas y empezó una vida que por muchos años no pudo abandonar para relacionarse con otro tipo de mujer.
“Yo las amaba. En Tucumán cogía por siete o diez pesos por día así que cogía todos los días. Todavía está ese burdel, las chicas estaban mirando la tele, vos elegías una y te la llevabas arriba…”, confesó.
Nunca usó preservativo por lo cual tiempo después le agarró un ataque de pánico ante la posibilidad de haber contraído una enfermedad sexual como el HIV.
“Me agarró un ataque de pánico y le pedí que me acompañe. Había estado con docenas de prostitutas. Nunca reparé en la roña, para mi esos encuentros eran de amor”.
Los análisis siempre le dieron negativo y luego comenzó también un tratamiento para dejar las drogas. Señaló que tuvo momentos “muy malos” con vómitos casi a diario por varias semanas y que sufrió la dependencia de la heroína.
El joven de 28 años encara ahora una importante carrera cinematográfica y trabaja habitualmente asociado a sus hermanos también del medio como el productor Sebastián y la actriz Julieta Ortega.
Mientras tanto, Palito Ortega, quien alguna vez también filmó como director una película que se llamó “¡Qué linda es mi familia!” suma un matiz más de realidad a la imagen de una “vida perfecta” de su grupo familiar, al cual siempre vendió desde su carrera como artista u hombre de la política.