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26 de abril de 2024
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Jubilaciones: el difícil sistema que se viene
Más de la mitad del ahorro de la ANSeS se invirtió en títulos del Tesoro y Letras del Banco Central con renta menor a la inflación. Hoy, aporta un trabajador y cobran cuatro
22 de octubre de 2008
La generalización del sistema de reparto estará lejos de ser la panacea del financiamiento. De no haber un control del gasto y una mayor eficiencia en la recaudación el peso de la deuda previsional volverá a asfixiar al Tesoro en pocos años. En la actualidad, el aporte de cuatro trabajadores activos alcanza para pagar el haber de un jubilado y la porción de la recaudación que va al sistema previsional cubre el bache sólo en forma parcial. Sin la reforma del año pasado, que abrió la opción para el traspaso de régimen, la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS) tendría un presupuesto apenas equilibrado. La mitad del ahorro de la entidad se compone de letras del Tesoro y del Banco Central que hoy serían difíciles de cancelar.

Con 50% de empleo informal y con la mitad de los trabajadores sin realizar aportes, el sistema previsional de capitalización individual resultó tan anacrónico como el tren bala, dando solución apenas para una porción minoritaria de empleados. Pero a pesar de incluir el criterio de solidaridad, la estatización no resolverá los problemas de financiamiento de un esquema en crisis en el mundo, según analiza el diario El Cronista en su edición de este miércoles.

Cada empleado registrado aporta 11% de su salario bruto a la caja de ANSeS. A esto se suma un 16% adicional de contribuciones patronales que pagan los empresarios, por lo que en conjunto el aporte es de 27% de un salario, es decir la cuarta parte. De esta manera, cada cuatro trabajadores que aportan el Fisco se logra reunir lo suficiente para pagar el haber equivalente a un salario. La proporción de IVA, Ganancias y otros tributos que se utilizan para cubrir el bache financiero, al igual que la anulación de la movilidad de 82%, reducen las diferencias entre el aporte de los trabajadores activos y el monto necesario para pagar a los jubilados.

En la actualidad existen 6,6 millones de aportantes y 6,1 millones de beneficiarios jubilados. Una relación casi de uno a uno, mientras la financiación es de cuatro a uno. Las cuentas sólo cierran agregando el aporte de tributos generales a los impuestos al trabajo y el ahorro previo acumulado en los años de bonanza. De hecho, la ANSeS acumuló hasta el momento 19.000 millones de pesos en el fondo de reserva (anticíciclo). Pero casi la mitad de esos recursos se invirtió en letras del Tesoro Nacional, que rinden por debajo de la inflación real, y en Letras del Banco Central (Lebacs).

Los fondos frescos que llegaron a la ANSeS también perdieron peso a medida de que la moratoria previsional y la incorporación de 2 millones de nuevos jubilados al sistema hizo mella en las cuentas de la entidad. De los $ 8.000 millones de superávit del año pasado, $ 7.000 millones se originaron como consecuencia de la reforma previsional y del traspaso de fondos de las AFJP al Estado. Este año se presupuestó un superávit de $ 6.600 millones, pero apenas ingresarán $ 600 millones del traspaso de jubilados con cuentas de capitalización privada inferior a los $ 20.000.

De los 30.000 millones de dólares en activos de las Administradores de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), u$s 4.000 millones se encuentran invertidos en plazos fijos, que no tuvieron pérdidas con la crisis internacional. La incógnita es cómo funcionará un mercado de capitales cuyo principal jugador será el sector público, y donde las decisiones de inversión tendrán un alto contenido político.