10 de mayo de 2024
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FMI no quiere ayudar a Argentina
Dominique Strauss–Kahn sostuvo que la entidad financiera ayudará a los países con “muy buenos antecedentes y políticas fuertes" y señaló que Argentina “no será elegible”
30 de octubre de 2008
El programa pondrá a disposición de países con buenas políticas económicas un alto volumen de créditos por un máximo de un año.
Para poder acceder a ellos, el país debe haber recibido una evaluación “muy positiva” del Fondo en la revisión anual de su economía, conocida como Artículo IV.
La Argentina se ha negado a someterse a esa revisión desde mediados de 2006.
En la rueda de prensa en la que se anunció el programa, le preguntaron a Strauss–Kahn si la Argentina calificaba para recibir el prestamos y respondió: “las condiciones incluyen tener muy buenos antecedentes y políticas fuertes en el pasado. Me temo que el país que usted menciona, por ejemplo, por la razón que usted dice, no será elegible”, relató el diario EL Cronista.
Según las normas de ese nuevo mecanismo, el país habría podido recibir préstamos durante un año por un valor máximo de casi 16.200 millones de dólares.
Al contrario que otros programas del Fondo, los países que obtengan estos créditos no deberán cumplir una serie de metas y llevar a cabo reformas estructurales.
No habrá condiciones”, afirmó Strauss–Kahn. El organismo solo dará las ayudas a gobiernos que hayan llevado a cabo una buena gestión económica, pero que se encuentren con problemas de liquidez por la crisis.
Los préstamos deberán ser amortizados en un plazo de hasta un año y su volumen será como máximo quinientas veces la cuota que los países tienen asignada en el Fondo.
En el caso de la Argentina, la cuota es de 3.240 millones de dólares.
El Fondo dedicará 100.000 millones de dólares al programa y si llegara a desembolsar toda esa cantidad revisaría sus parámetros, informó el organismo.
Para participar en el programa, los países deben contar con un nivel de deuda sostenible, buena política fiscal y monetaria, y un balance por cuenta corriente saneado, explicó un alto funcionario del FMI, que pidió no ser identificado.