Una fuerte ofensiva oficial, que incluyó a inspectores del Banco Central y hasta al propio secretario de Comercio, Guillermo Moreno, la cotización del dólar retrocedió hoy dos centavos, a 3,33 pesos para la compra y 3,38 para la venta promedio, aunque no cede la tensión en la plaza.

Ante esta situación, la intervención del BCRA habría sido muy inferior a la de las últimas semanas.

"Sabuesos" del Central volvieron a inundar la plaza cambiaria y controlaron la operatoria en bancos, lo cual generó una importante baja en el monto operado y un retroceso de dos centavos en la cotización minorista del billete.

Además, por pedido de la Casa Rosada, el secretario Moreno llamó y presionó personalmente a distintas empresas para tratar de que no compraran dólares.

La moneda, que había abierto a 3,40 pesos, cayó 2 centavos, con un volumen operado mucho menor a los de las últimas semanas, cuando la city era un hervidero y el dólar parecía no tener techo.

En el mercado aseguran que los grandes operadores no se animaron a mover grandes sumas de dinero en la city por la atenta mirada de Moreno sobre sus espaldas y cientos de fiscalizadores del Central atentos a las operaciones cambiarias que realizan los
principales bancos.

A esto se sumó la medida lanzada por el Banco Central y la Comisión Nacional de Valores (CNV) que le puso freno a las compras de dólares para las operaciones de contado con liquidación.

Los montos operados disminuyeron con fuerza, ya que rozaron los 100 millones de dólares en el Siopel contra los más de 400 millones de las últimas ruedas.

Para muchos operadores cambiarios, las fiscalizaciones del BCRA dificultaron las operaciones.

En los últimos dos meses, el peso acumula una devaluación de casi el 10 por ciento, muy inferior a la pérdida superior al 40 por ciento sufrida por el real brasileño.

También contribuyeron a enfriar la cotización del dólar las clásicas necesidades de liquidez de las empresas de fines y comienzos de cada mes para hacer frente a los pagos de sueldos y salarios, se sumaron los efectos de la abundante oferta de dólares
que inyectó la autoridad monetaria en las últimas ruedas, poniendo de manifiesto el poder de fuego para mantener su política de flotación administrada.

Además, en esa línea, y frente al recalentamiento de las operaciones de alto efecto especulativo como son la compra de bonos y acciones con pesos en la plaza local, pera ser inmediatamente vendidos por vía electrónica en los mercados internacionales, el BCRA dispuso que las entidades no podrían operar en ese circuito con papeles que no tuvieran una antig�edad en sus tesoros menor a tres días.