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28 de marzo de 2024
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Obama todavía no asumió y ya tiene diferencias con la Iglesia
Los primeros choques entre la Santa Sede y el presidente electo de EE.UU. son por el aborto y las manipulaciones genéticas, especialmente las celulas estaminales
12 de noviembre de 2008
El Vaticano disparó ayer con munición gruesa, sin nombrarlo, contra el presidente electo norteamericano, Barack Obama, expresando su contrariedad al uso de células estaminales procedentes de embriones.

En la campaña electoral éste fue uno de los temas que enfrentaron a la Iglesia de ese país con el candidato demócrata. También la cuestión del aborto hace considerar al Papa que el nuevo inquilino de la Casa Blanca no es un fiel aliado en las posiciones "pro-vida" que sellaron un pacto de hierro entre Benedicto XVI y el anterior presidente George Bush.

El cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, "ministro" vaticano de la sanidad, dijo ayer que "las células embrionales no sirven para nada, nunca salvaron una vida, mientras se han alcanzado óptimos resultados con las células extraídas de los cordones umbilicales y de células adultas y hemopoyéticas", informó el diario Clarín.

Las estaminales son llamadas también células madres porque aún no están diferenciadas. Inyectadas en órganos enfermos, tienen grandes efectos curativos. La Iglesia se opone al uso de células embrionales porque destruyen la vida de los embriones.

El "no" a las células estaminales embrionales "vale para todo el mundo", advirtió el cardenal Lozano Barragán, lo que sonó como una clara advertencia al presidente electo Barack Obama, quién dijo que iban a ser revisadas las normas que regulan la materia en EEUU, concediendo de nuevo fondos para las investigaciones.

Desde hace años la Iglesia católica está más cerca de los conservadores republicanos que de los demócratas. Era notorio que Juan Pablo II no podía ver a Bill Clinton y el Vaticano fue hostil al demócrata Jim Kerry, candidato católico a presidente contra el republicano George W. Bush, porque Kerry sostenía la libertad de elección de las mujeres en la interrupción de la maternidad.

En cambio, los altos prelados vaticanos se mostraron siempre muy vecinos a los dos presidentes Bush y el actual Papa tenía relaciones muy vecinas al actual inquilino de la Casa Blanca. Un apoyo muy fuerte pese a que sobre la conciencia de Bush pesan los cientos de miles de muertos en Irak, las torturas en la cárcel iraquí de Abu Ghraib y en la base de Guantánamo, y la política de secuestros ilegales practicados en todo el mundo con una flota de aviones y el encarcelamientos clandestinos en países complices.

Los obispos norteamericanos emitieron durante la campaña electoral una declaración en la que invitaron a votar "para abolir el mal del aborto en América". Dos obispos hicieron una declaración contra las investigaciones de células embrionales.

El presidente Obama se ha pronunciado muchas veces en favor de la libertad de opción de la mujer en el tema del aborto. Según los obispos norteamericanos "votar por el mal intrínseco del aborto cuando hay una alternativa moralmente aceptable, sería colaborar con el mal y, por lo tanto, moralmente inaceptable".

La alternativa "moralmente aceptable" era naturalmente la formula republicana McCain-Palin. Pese a que sobre Obama cayeron los fúlmines de las jerarquías, los católicos norteamericanos prefirieron al candidato demócrata en un 53%.

El obispo de Kansas City, Robert Finn, amenazó incluso el infierno "para quien vota por Obama, que es un fanático abortista". Hubo prelados que propusieron que a la "speaker" (presidente) de la Camara de Diputados, Nancy Pelosi, le fuera prohibido tomar la comunión.

El clima en el Vaticano se va haciendo borrascoso. El secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, dijo que "los obispos norteamericanos han hablado claro" sobre las posiciones de libre opción que defiende el presidente Obama. El portavoz del Papa, padre Federico Lombardi, recordó a Obama, que es cristiano protestante, "el respeto de los valores humanos y espirituales esenciales".

El cardenal Julian Herraz, presidente de la Comisión Disciplinaria de la Curia Romana y jurista favorito del Papa Benedicto XVI, que es uno de los principales líderes del Opus Dei, "el punto determinante evangélico es la dignidad de la persona humana, no hay una cuestión de derecha o de izquierda".

La alarma que cunde en las altas cumbres vaticanas es que el presidente Obama "sea el intérprete de una concepción positivista del derecho y del relativismo ético estigmatizado por Benedicto XVI", afirmó el cardenal Giovanni Battista Re, "ministro" vaticano para los obispos y presidente de la Comisión para América Latina.

Según el cardenal Ré "el peligro es muy grave porque por influencias culturales e ideológicas la sociedad se encuentra en un estado de desconcierto y confusión".