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23 de abril de 2024
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Economía: activos argentinos valen la mitad que en 2007
Las acciones tuvieron su peor desempeño en toda su historia. Hubo papeles que perdieron hasta 80%, mientras que los bonos bailaron al compás de los miedos a un default
31 de diciembre de 2008
Tristemente célebre será este 2008 para los activos locales. El Merval ayer terminó oficialmente el peor año de su historia: si bien ganó 0,30% en otra jornada reducida en términos del volumen ($ 20 millones) en el acumulado del año perdió 50% (superando la caída de 1992). Después de un escueto 2007 donde el rendimiento del índice líder fue ínfimo, el 2008 fue la estocada final. Es más, se ven caídas estrepitosas en algunos papeles: Clarín y Edenor cayeron 80%, Mirgor y Socotherm están en el pelotón de los -70%, mientras que la acción más “defensiva” resultó siendo Molinos Río de la Plata que sólo sucumbió 3,29%. A partir del viernes, un nuevo Merval ingresa a escena compuesto por 14 acciones (salen 8 papeles).

La película es similar para los bonos, según el análisis del diario El Cronista. Si bien en los últimos meses estuvieron recuperando desde valores mínimos, terminan este olvidable 2008 con bajas del 50% o más. Para este instrumento, el miedo al default y las políticas poco claras del Gobierno fueron demasiado, más aún después de un 2007 donde habían caído hasta 20%.

“La recuperación en los títulos no ha sido igual para todos, destacándose los bonos de corto plazo y en especial los denominados en dólares. Esto ha determinado que la curva de rendimiento continúe invertida pero en forma menos pronunciada a lo visto en octubre. Sin volumen, el panorama difícilmente cambie en los próximos meses aunque todo indicaría que los mínimos de octubre y noviembre se hayan convertido en un piso”, dice Silver Cloud Advisors.

La otra inversión por excelencia de los argentinos es (y posiblemente siga siéndolo) el dólar. Ayer –en la penúltima rueda del año porque hoy habrá una reducida operación– el billete en las casas de cambio subió un centavo y cerró en $ 3,47; mientras que el dólar mayorista experimentó la séptima suba consecutiva y finalizó en $3,451/3,452. “Las tempranas incursiones del Banco Central con compras en niveles de $ 3,45 impulsó correcciones sucesivas en el tipo de cambio que respondiendo a las señales emitidas por el comportamiento oficial, treparon por efecto de coberturas privadas hasta alcanzar los máximos del día en los $ 3,456 por unidad.

Los buenos niveles en los valores estimularon el ingreso por exportaciones y las ventas privadas desactivaron la presión sobre los precios, que iniciaron un camino descendente que le hizo perder al dólar gran parte de la ganancia del día. La renovada intervención del Central en la última hora de negocios puso un piso a la baja y detuvo la caída en los niveles verificados sobre el final de la fecha”, dijo Gustavo Quintana de López León Brokers. “Como viene sucediendo en el plano local, la justificación de la evolución del tipo de cambio debe buscarse en la estrategia desplegada por el Banco Central, quien con sus intervenciones direcciona los movimientos en las cotizaciones y determina en base a parámetros discrecionales el nivel de los precios en el mercado local, bastante alejados a veces de las fuerzas espontáneas del mercado”, agregó Quintana.

Sea como fuere, apostar al dólar en 2008 fue mucho mejor negocio que hacerlo en papeles locales o títulos públicos. De hecho, el tipo de cambio al cierre del 2007 era de $ 3,16 y ayer cerró en $ 3,47, con lo cual se ganó 9,80%. Si bien es la mitad de la inflación real (no la Morenizada) en torno al 20%, dado el contexto financiero, no termina siendo despreciable.

De hecho, ayer el Central presentó el Programa Monetario de 2009 donde dice que “se continuará con las políticas financieras anticíclicas tanto en el manejo de las reservas internacionales, junto con el desarrollo de un sistema financiero sólido con descalces acotados, y con el régimen cambiario de flotación administrada”. Los beneficios de dicho régimen, agrega el BCRA, se “magnifican en el actual contexto de turbulencias internacionales, con bruscos movimientos de capitales y volatilidad de precios de materias primas, que afectan los tipos de cambio de nuestros principales socios comerciales e impactan en nuestros términos de intercambio”. Léase, Redrado no viraría el timón bruscamente.