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25 de abril de 2024
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Es imparable la ola de despidos en todo el mundo
La japonesa NEC, que anunció que despediría a 9450 trabajadores, dijo que recortará 20.000 empleos. El banco franco-belga Dexia eliminará 900 puestos
30 de enero de 2009
La preocupación por la creciente ola de despidos en el mundo a causa de la crisis financiera internacional no cesa. El grupo de electrónica y telecomunicaciones japonés NEC, que había anunciado que suprimiría 9450 puestos de trabajo en el mundo, anunció hoy que finalmente recortará 20.000 empleos, tras estimar masivas pérdidas para este año.

NEC revisó radicalmente hoy sus estimaciones financieras para el ejercicio 2008-2009. Ahora prevé un gran déficit anual de 290.000 millones de yenes (2.400 millones de euros), según el diario La Nación.

Este grupo se encontró ante varias dificultades, al igual que varios de sus compatriotas del mismo sector: caída de los pedidos, alza del yen y numerosas filiales pequeñas debilitadas por la crisis mundial.

En tanto, el banco franco-belga Dexia, que recibió ayuda estatal para seguir funcionando, anunció la supresión de 900 empleos tras sufrir pérdidas netas de 3000 millones de euros en 2008.

"Dexia presenta hoy a los organismos sociales un plan de adaptación del empleo al nuevo perímetro de actividades, del orden de 900 reducciones de puestos en 2009", con el fin de ahorrar 200 millones de euros este año, informó la empresa en un comunicado.

El banco, que ha propuesto además, a título excepcional, suprimir las primas de 2008 a sus dirigentes, además de los dividendos, anunció también los 3000 millones de euros de pérdidas.

La entidad, que tiene a 36.500 empleados, no precisó en su comunicado cómo se repartirán las supresiones de empleos.

Estas compañías se suman a algunas de las principales empresas de Estados Unidos y de Europa , que anunciaron una ola de despidos masivos en todo el mundo.

En este contexto, alrededor de 2,5 millones de personas marcharon ayer en Francia para protestar contra la política del presidente Nicolas Sarkozy y en defensa del empleo. Convocada por todos los sindicatos en defensa del trabajo, el poder adquisitivo, las garantías colectivas y los servicios públicos, y para denunciar la política anticrisis del gobierno, la masiva protesta también puede ser considerada la punta visible del iceberg de la agitación social que sacude al resto de los países europeos desde que comenzaron a hacerse sentir las consecuencias de la crisis financiera.