En la Argentina de hoy, atravesada por un aumento de la marginalidad y la violencia que sólo la Casa Rosada parece desconocer, algunos creen que hay que dejarse asaltar, violar y matar, sin hacer nada.

En un giro insólito, el abogado del delincuente a quien la denominada "justiciera" de Villa Madero mató luego de que entrase a robar junto con otro cómplice a su vivienda de la localidad bonaerense de Villa Madero, pidió que la mujer vaya a juicio oral y público.

Así lo indicó el abogado Alberto Fornaro, representante de Cabral, quien fuera ultimado por la ciudadana paraguaya Bernarda Garay Ocampo, al oponerse al sobreseimiento pedido por la defensa y la fiscalía, consigna un cable de la agencia NA.

El abogado Fornaro se refirió a las pericias médicas practicadas hace poco a Bernarda, quien tiene fecha de juicio prevista por el juez este mes, y en ese sentido aseguró que "la afirmación de que alguien es o no imputable debe resultar del
contexto de toda la prueba y no sólo porque así lo nieguen o afirmen los médicos".

Por ello, en el escrito que presentó ante el juez en lo correccional Nº 2 de La Matanza Horacio Giusso, pidió "sustanciar la prueba en audiencia oral y pública", esto es la declaración de los peritos médicos en el juicio, "a fin que aclaren puntos que al menos para esta parte son de dudoso rigor científico".

Ahora, el juez Giusso debe resolver si sobresee a Ocampo, tal cual lo pidió su abogado Hugo López Carribero, o bien la envía a juicio oral y público, cuya fecha ya está prevista para los días 30 y 31 de marzo próximo.

En ese juicio, Bernarda, de ser condenada por el delito de "homicidio simple" -tal cual figura en el requerimiento de elevación a juicio-, podría recibir hasta una pena máxima de 25 años de cárcel.

El hecho ocurrió el 10 de octubre de 2007, cuando la mujer fue sorprendida en el living de su casa por dos personas que habían ingresado con el fin de robarle.

La mujer fue atada, y las dos personas juntaron varios objetos de valor, tras lo cual se dieron a la fuga con el botín en su poder.

Pero, mientras reunían el botín, uno de los asaltantes dejó olvidado un revólver sobre la cama de la habitación de Garay.

La mujer logró zafarse de sus ataduras, tomó el revólver que había sido olvidado por los ladrones dentro de la vivienda, y se lanzó a la calle a perseguirlos.

Cuando los encontró, uno de los delincuentes se dio vuelta y, según la mujer, en ese momento ella pensó que el sujeto tenía un revólver entre sus ropas y se asustó, por lo que le efectuó un certero disparo en el pecho, provocándole la muerte en forma
inmediata.