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29 de marzo de 2024
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De repente, Raúl Castro cambió al canciller y jefe de Gabinete
Felipe Pérez Roque y Carlos Lage, hombres del riñón de Fidel, dejan sus cargos. El presidente de Cuba dijo que los cambios se deben a una "estructura más compacta y funcional"
3 de febrero de 2009
El presidente de Cuba, Raúl Castro, reemplazó ayer a varios de sus funcionarios más poderosos y visibles en el marco de la mayor reestructuración desde su asunción, hace poco más de un año. Entre los diez ministros salientes, las figuras más destacadas fueron el canciller, Felipe Pérez Roque, y el secretario del Consejo de Ministros, Carlos Lage.

Según una "nota oficial" leída ayer, a la que tuvo acceso el diario Clarín, en el informativo de la televisión, la docena de "movimientos de cuadros y reestructuraciones en algunos organismos de la administración central del Estado" fue decidida este mismo lunes en una reunión del Consejo de Estado que preside Raúl Castro desde el 24 de febrero de 2008.

Entre estos "movimientos", los que más destacan son las destituciones -sin indicar una nueva función- del canciller Pérez Roque y de Lage, dos constantes del gobierno cubano en los últimos años y, en el caso del primero, una figura muy ligada al convaleciente líder histórico Fidel Castro, de quien llegó a ser considerado su "delfín".

Pérez Roque, de 43 años y "mano derecha" de Fidel Castro hasta que asumió la cartera de Relaciones Exteriores, en 1999, será sustituido en el cargo por el hasta ahora viceministro primero Bruno Rodríguez Parrilla.

Por su parte, la "nota oficial" indica la decisión de "liberar al compañero" Lage de su cargo de secretario del Consejo de Ministros, puesto en el que será sustituido por un militar, el general de brigada José Amado Ricardo Guerra, "con la función de asistir y auxiliar al presidente del Consejo de Ministros, al primer vicepresidente y demás miembros de su Comité Ejecutivo". Aunque este cargo era conocido no oficialmente como el de primer ministro -puesto que no existe de manera oficial en la isla-, la "nota" especifica que "no constituye legalmente una instancia con facultades de decisión en materia gubernamental, ni se le atribuye protagonismo alguno en la dirección del gobierno".

Lage, considerado otro de los hombres próximos a Fidel Castro aunque, a la par, uno de los defensores de cierta apertura económica en la isla, promotor de las reformas acometidas durante la grave crisis de los años 90, mantiene sin embargo su puesto como vicepresidente del Consejo de Estado. Entre las reformas anunciadas, figuran también la fusión de varios ministerios y nuevos cambios de cartera. Por una parte, se fusionan el Ministerio de Comercio Exterior y el de Inversión Extranjera, que bajo el nombre de Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera quedará a cargo de Rodrigo Malmierca, uno de los hombres más promovidos dentro del ejecutivo de Raúl Castro en los últimos tiempos.

También se fusionan los ministerios de la Industria Alimenticia y el de la Industria Pesquera, cuya cartera única asumirá María del Carmen Concepción González.

Entre los otros funcionarios relevados figuraron el ministro de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez, reemplazado por Marino Murillo Jorge, ministro de Comercio Interior; la ministra de Finanzas y Precios, Georgina Barreiro Fajardo, sustituida por Lina Pedraza Rodríguez, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista; y el ministro del Trabajo y Seguridad Social, Alfredo Morales Cartaya, relevado por la viceministra Margarita Marlene González Fernández.

La "nota oficial" destaca que estos cambios están "en consonancia" con la necesidad de una "estructura más compacta y funcional, con menor número de organismos de la administración central del Estado y una mejor distribución de las funciones que cumplen" que indicara Raúl Castro en su asunción a la presidencia. De acuerdo con la información, a estos cambios les seguirán otros debido a la "necesidad de continuar estudiando la actual estructura del gobierno para reducir gradualmente su envergadura y elevar su eficacia".

Para los analistas no hay indicios inmediatos de que los cambios se relacionen con las esperanzas de estrechar los vínculos entre la isla y Estados Unidos.