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20 de abril de 2024
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Un 24 de marzo distinto
Los sueños de una generación explotaron en ese 24 de marzo que hoy cumple un cuarto de siglo. La memoria de tiempos de esperanza y de disfrute de la Democracia
24 de marzo de 2009
Por Roberto Aguirre Blanco

Ese 24 de marzo fue sábado, un día de sol brillante, con el verano aún invadiendo al otoño. Hubo actos conmemorativos muy emotivos en muchas partes del país, pero sin embargo eran días de alegría, de sensaciones nuevas, de mucha esperanza.

Era 1984, el primer 24 de marzo en Democracia, un hecho que hoy cumple un cuarto de siglo y no es un dato menor.

Los días de aquel año transcurrían con una vitalidad que asombraba, la Comisión nacional sobre Desaparición de Personas (CONADEP) estaba en su momento de trabajo más álgido y las verdades que allí comenzaban a revelarse daban contenido a un informe que el 21 de septiembre de ese año, con una marcha multitudinaria, sería entregado al entonces presidente Raúl Alfonsín.

Esperanza del inicio del camino de la aplicación de la justicia a los hechos que marcaron a otra generación durante los añs de la Dictadura.

En esos aires renovados de 1984, Alfonsín caminaba sus primeros 100 días de gobierno lleno de expectativas y de avance en temas sindicales y de gestión, que prometían grandes cambios que luego se irían diluyendo en acciones legislativas.

El país estaba golpeado con una herencia de deuda de la Dictadura que golpeaba los bolsillos de los argentinos, los cuales sin embargo soñaban que la nueva democracia le devolviera una forma de vida diferente.

Para paliar las zozobras de tiempos duros, la gente disfrutaba a pleno de las bondades de un sistema libre de gobierno, la cultura explotaba y la vida sin estado de sitio era aprovechada al máximo tras años de imposibilidades.

En el cine las pantallas se renovaban con estrenos fuera de tiempo y forma, producto del efecto de la censura, y se podían ver films como “The Wall”, “La Naranja Mecánica”, “Missing”, de Costa Gavras, y “La Luna” de Bernardo Bertolucci, más un sinfín de películas clase “Z” de supuesto cine erótico de baja calidad que también eran de consumo masivo.

Presidiarias, colegialas y bombas eróticas brasileñas se renovaban semana a semana, mientras el cine nacional comenzaba con un crecimiento lleno de opciones temáticas como “No habrá más penas ni Olvido”, “La República Perdida”, “Camila”, “Evita, quien quiera ir que oiga”.

Mientras el verano estallaba con nuevas propuestas musicales, parte de la renovación era un sonido más rítmico y divertido hincado por un disco emblemático de Charly García como “Clics Modernos”.

Encolumnados detrás del rey llegaban “Los Twist”, “Virus”, “Los Abuelos de Nada”, “GIT” y el nacimiento de una banda mítica: “Soda Stereo”.

Muchas caras de políticos era las mismas que ahora, prometían cambios que algunos casos llegaron y otros aún están pendiente, pero la Democracia, construida por la fuerza de tantos años oscuros, tuvo momentos de jaque y de duras heridas pero pudo sobreponerse a todos esos golpes.

Los debates no eran la pena de muerte, ni el castigo a los menores, ni la crisis mundial, eran otros del mismo valor pero siempre generados desde el sistema de derecho de todos.

A un cuarto de siglo de aquella primavera llena de sueños para una generación, el recuerdo vale para insistir en sostener un sistema que “Nunca Más” se debe perder.