Los economistas del Gobierno se pasaron todo el día de ayer buscando traducir el acuerdo firmado con China a los industriales nacionales. Por ahora, lograron calmar las declaraciones públicas pero aún falta la letra chica en los escritorios de los hombres de negocios más poderosos del país.

La primera en comenzar la ronda de llamados tranquilizadores fue la ministra de la Producción, Débora Giorgi, informó el diario Clarín. Desde la media mañana de ayer se comunicó a los celulares de Osvaldo Cornide (CAME), Juan Carlos Lascurain (Unión Industrial) y Teddy Karagozián (ProTejer). Desde la Casa Rosada, aún con la Presidenta en Qatar dejaron en claro que el acuerdo chino sería inoportuno si generaba incertidumbre cambiaria o productiva a dos meses de las elecciones.

"Les transmito un mensaje directo de la Presidenta: nadie va dañar a la industria nacional; si detectáramos daño, Cristina (Fernández de Kirchner) no va a firmar nada", habría dicho la funcionaria en relación al acuerdo que el titular del Banco Central, Martín Redrado, firmó el lunes en la asamblea del BID en Colombia con su par chino.

Contempla un swap financiero para intercambiar pesos por yuanes y los sectores productivos temen que, en la práctica, sea usado para profundizar el ingreso al mercado argentino de productos importados desde China.

En realidad, antes de hablar con los dirigentes fabriles, Giorgi se había comunicado con Redrado, aún en Colombia. Se habrían transmitido precisiones y la ministra habría tenido una reunión con Cornide luego del encuentro con los dirigentes del campo.

Fuentes oficiales confiaron a este diario que un sector del equipo de economistas del Gobierno le reprocharía al titular del Central que se habría "cortado solo" en la firma de ese acuerdo y que con su anuncio habría generado incertidumbre en el sector fabril, aliado a la gestión K por las tasas de crecimiento que registraron las fábricas desde el 2003.

Fuentes del Central desestimaron la posibilidad de que Redrado haya avanzado unilateralmente en un pacto con el banco central chino, aunque el BCRA es autártico y podría actuar por su cuenta.

Sin embargo, el mensaje de Giorgi pareció dejar planteado que el acuerdo no está efectivamente firmado. La ministra habría aclarado que se trata solamente de un memorándum de entendimiento, es decir una instancia previa a un acuerdo completo.

Lo que realmente frenó las quejas públicas por el alcance del acuerdo chino fue una llamada del mismísimo Redrado a la cúpula de la UIA. Habría prometido que el alcance de sus negociaciones con la entidad monetaria china es netamente financiero y que en ningún caso se redactaron contenidos de intercambio comercial.

Redrado llamó al caer la tarde cuando la mesa chica de la UIA estaba reunida para definir un mensaje público sobre el acuerdo. "Muchachos, quédense tranquilos no hay nada oculto", habría considerado el timonel del BCRA. Redrado habría terminado de ponerle un freno la bronca fabril cuando prometió que el martes próximo se reunirá con la UIA para explicar en detalle la letra chica del acuerdo.

Antes de partir de Medellín, el presidente del Central se refirió públicamente al convenio chino. Destacó que el canje de monedas "es una posibilidad abierta" y remarcó que sólo se utilizará en caso de iliquidez. "Contribuye a ir generando mecanismos de cooperación entre bancos", enfatizó.

Así las cosas, el encuentro fabril de ayer viró completamente. Se presentaron las listas para elegir, sin sorpresas, el 14 de abril que coronará a Héctor Méndez como presidente.