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29 de marzo de 2024
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Macri revisa la basura para multar a los porteños
Los operativos del Gobierno de la Ciudad son todos los días y tienen por objetivo sancionar al que la saca fuera de horario. Ya labraron más de 40 mil infracciones
3 de abril de 2009
La nueva modalidad de los inspectores del Gobierno porteño para multar a los que sacan basura fuera de horario es revisar sus desechos para encontrar alguna prueba incriminadora.

Un sobre, un resumen de cuenta, una factura, una hoja con algún dato comprometedor o, en el caso de un bar, hasta una servilleta usada alcanzan para probar la falta. El horario para sacar la basura es de domingo a viernes, de 20 a 21, salvo en zonas con contenedores, donde sí se puede dejar en todo momento. Cualquier bolsa que esté en la calle antes de la hora permitida o después de que pasó el camión recolector, puede ser revisada por alguno de los 45 inspectores de la Dirección General de Inspección de Higiene Urbana.

"La basura habla -dice Carlos Díaz, el director del área, que depende del Ministerio de Espacio Público porteño al diario Clarín-. Nuestra dirección es la policía de la higiene y funciona desde que asumió esta gestión, el 10 de diciembre de 2007. Está conformada por todas las áreas con poder de policía municipal. La falta más habitual que encontramos es la disposición de basura fuera de horario".

Desde su creación hasta el 31 de marzo pasado, la Dirección labró 50.298 actas por faltas a la higiene urbana, como poner pegatinas publicitarias o tirar escombros. El 87% del total, es decir 43.720 actas, fueron por sacar la basura en horarios no permitidos, una falta que se sanciona con multas de $ 50 a $ 500, si la cometen vecinos comunes, y de entre $ 200 y $ 5.000 en los casos de comercios, industrias o consorcios. El 70% de las actas se labran a comercios, porque son los más fáciles de detectar. Siempre hay algún papel o caja con un nombre que los inculpe.

Según los cálculos oficiales, cada día los vecinos porteños sacan 500 toneladas de basura fuera de horario, una cantidad que representa el 10% del total. Es difícil detectar al culpable: nadie la deja en la puerta de su propia casa. Aún así, en 2006 el entonces jefe de Gobierno Jorge Telerman envió un proyecto a la Legislatura para multar al frentista que tuviese basura en su vereda en horarios no permitidos, sin importar si los residuos no eran suyos. Como la iniciativa no fue aprobada, el criterio que se usó fue sorprender in fraganti al vecino, fotografiándolo en el instante en que sacaba su bolsa.

La gestión macrista cambió el método. "Nuestros inspectores abren las bolsas y buscan elementos de prueba, como facturas o cartas -cuenta Carlos Díaz-. Al acta de comprobación se le adjunta esa prueba o una foto de ésta, que es remitida a la Dirección General de Faltas Especiales de la Agencia Gubernamental de Control. Después un controlador cita al infractor, al que también se le deja una faja roja de advertencia. A raíz de las sanciones, la gente se cuida más".

Clarín acompañó a un inspector en una recorrida por el barrio de San Cristóbal. Eran las 16 y los vecinos miraban con curiosidad a ese hombre que, trajeado y con guantes, revolvía las bolsas de basura. "Esta no sirve, porque sólo contiene restos de comida y una manzana mordida no alcanza para saber quién dejó la bolsa", comentó el inspector frente a una casa de Virrey Ceballos al 700, donde sólo dejó la faja de advertencia en la puerta. Pero el vecino de La Rioja al 1000 no se salvó. Un sobre arrugado fue su perdición.