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Otro temblor aterrorizó Italia
Aún sin recuperarse, dos fuertes movimientos telúricos volvieron a afectar la zona devastada por el trágico sismo. Socorristas siguen buscando sobrevivientes
7 de abril de 2009
El sismo que ayer devastó el centro de Italia dejó 179 muertos, 34 desparecidos, 1.500 heridos y 50.000 damnificados, según un nuevo balance difundido el martes por el centro de coordinación de los socorros de L'Aquila, la ciudad medieval donde tuvo su epicentro el temblor.

Cuarenta muertos todavía no fueron identificados, según consigna el diario Clarín. Dos cadáveres fueron retirados el martes de madrugada de los escombros de la aldea de Onna, llevando a 39 muertos el balance de víctimas mortales en esta localidad que tenía 250 habitantes, según los bomberos.

Dos nuevos sismos se sintieron esta madrugada en la italiana localidad de L'Aquila. A las 23.57, y con una magnitud de 3,8 grados en la escala de Richter, la tierra ha vuelto a temblar en los alrededores de las ciudades de L'Aquila, Barreto y Scoppitto. Pasada la 1.15 de la madrugada, una nueva sacudida, esta vez de 4,8 grados, se ha sentido sobre la zona.

El movimiento telúrico de magnitud de 6,2 grados también dejó 50.000 damnificados, muchos de los cuales pasaron la noche en refugios improvisados en una decena de cuarteles, estadios y gimnasios, aunque la mayoría se alojó en casas de amigos y familiares.

El número de personas que perdieron sus hogares a causa del terremoto que devastó la región de L'Aquila, en los Abruzos (centro de Italia), fue revisado a la baja, a 17.000, anunció el martes el centro de coordinación de los socorros instalado en la zona.

Massimo Cialente, el alcalde de esta ciudad, capital de la región de los Abruzos, había estimado en 50.000 el número total de personas que podían haber perdido sus viviendas debido al sismo. Una fuente gubernamental llegó incluso a mencionar la cifra de 70.000 damnificados.

El servicio de defensa civil señaló que más de 10.000 casas y edificios sufrieron daños en la región a causa de este sismo, cuyo hipocentro fue situado bajo la ciudad de L'Aquila.

Más de cien personas sobrevivieron al temblor y fueron extraídas de los escombros el lunes, según un balance los bomberos. Ese fue el caso de Marta Valente, una estudiante de 24 años que fue rescatada con vida la madrugada del martes de un edificio del centro de L'Aquila, tras pasar 23 horas bajo los escombros.

"Fue un rescate muy delicado. Había vigas que eran un peligro y tenía las piernas bloqueadas", explicó un espeleólogo que participó en su salvamento.

L'Aquila, de 60.000 habitantes, capital medieval del siglo XIII de la provincia montañosa de Abruzo, a unos 110 km al noreste de Roma, quedó devastada, al igual que muchos pueblos de los alrededores, por el temblor que sacudió la región a las 3:30 locales del lunes (22:30 de Argentina).

El presidente del consejo italiano, Silvio Berlusconi, que decretó el estado de emergencia, volverá hoy a L'Aquila. El lunes prometió a los sobrevivientes que "nadie será abandonado" y dijo que se instalarán tiendas de campaña para albergar a unas 20.000 personas.

En el casco histórico de L'Aquila ninguna calle se salvó del temblor y todas están cubiertas de piedras y de tejas. En esta zona repleta de monumentos barrocos, numerosas iglesias y un castillo del siglo XV resultaron dañados por el sismo.

Un hospital debió ser evacuado pues corría el riesgo de derrumbarse. El gobierno envió 1.700 agentes de refuerzo, entre éstos 1.500 bomberos. Berlusconi anunció igualmente que iba a desbloquear 30 millones de euros. Según una primera estimación del ministro italiano de Obras Públicas, Altero Matteoli, se necesitarán 1.300 millones de euros para reconstruir los edificios y viviendas que destruyó el temblor.

Berlusconi precisó que "35 países" ofrecieron ayuda a Italia, pero que "en lo inmediato" ésta "no es necesaria".

Horas después del sismo, el papa Benedicto XVI rezó "por las víctimas y en particular por los niños" muertos por el terremoto, indicó el Vaticano. El peor sismo ocurrido en Italia fue el 23 de noviembre de 1980, con un balance de 2.916 muertos y 20.000 heridos en la región de Nápoles.