El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, reconoció que el muro levantado en el límite de su partido y el de San Fernando fue su idea y justificó que la medida fue adoptada para luchar contra la inseguridad.

El jefe comunal, pese a las críticas generalizadas desde el ámbito político y vecinal, ratificó que el paredón de la polémica ubicado en la calle Uruguay se mantendrá pese a todo y aclaró que esa es la "única salida que tenemos" para enfrentar a las bandas de delincuentes que eoperan en la zona.

Ante tal actitud, vecinos de Villa Jardín desbordaron el cordón policial que custodiaba las obras del muro y comenzaron a doblar la mayoría de los pilotes de hierro que estaban para comenzar la polémica división de los municipios.

Cerca del mediodía se produjeron los minutos de máxima tensión, pero luego la gente comenzó a calmarse y ahora se manifiesta pacíficamente, esperando respuestas de la intendencia de San Isidro.

Cerca de las 15, nuevamente un grupo de vecinos avanzó sobre la avenida Uruguay, que se encontraba custodiada por efectivos de la Policía bonaerense, y continuaron derribando los cimientos que se habían instalado para separar San Fernando y San Isidro.

En principio, la municipalidad de San Fernando ya presentó un recurso de amparo para evitar que siga la construcción del polémico muro que impide a los habitantes del barrio Villa Jardín cruzar hacia La Horqueta.

Sin embargo, los vecinos y otras fuerzas de la oposición piden que los intendentes de las localidades en conflicto se reúnan inmediatamente para buscar una salida.