La medición más cercana se remonta a 2007, cuando la Defensoría del Pueblo hizo una proyección de los respectivos censos y contabilizó unas 150 mil personas viviendo en villas de la Capital. Para la misma fecha, el Instituto de la Vivienda (IVC) hablaba de 165 mil.

Ahora, con los últimos datos oficiales (este año ya hubo tres censos), la proyección de la Unidad de Gestión de Intervención Social (UGIS), a cargo de Federico Angelini, supera las 200 mil personas.

Lo que indica que en los últimos dos años, la expansión fue del 25%. Aunque se mantuvo dentro de los parámetros históricos, no deja de sorprender.

El informe al que tuvo acceso un matutino porteño, indica que alrededor de un 70% son extranjeros.

El incremento a lo largo de los últimos años es constante en la mayoría de las villas, aunque se da con más fuerza en las más grandes. En la 1-11-14, por ejemplo, hace nueve años -cuando se hizo el último censo- vivían 19.886 personas y había 3.776 viviendas. Hoy se calcula que hay más de 40.000 habitantes.

La brecha es aún mayor en la 21-24, ubicada en Barracas: pasó de 13.500, en 2001, a los 45 mil actuales (tomando en cuenta los asentamientos anexados).

Además de ser la más poblada, es la más grande, con 65,84 hectáreas; y una de las tres más antiguas, junto a las 31 y la 15, según un estudio realizado en 2007 por la Sindicatura General de la Ciudad.

El mismo informe denuncia que hay un altísimo riesgo de accidentes, dada su cercanía con las vías del ferrocarril Belgrano. Además, en la zona que está pegada al Riachuelo, las casas van desapareciendo por el efecto de erosión del agua.

Al poco tiempo de asumir, el gobierno de Mauricio Macri decidió continuar con la integración de las villas a la Ciudad mediante su urbanización, lo que incluye la apertura de calles y la provisión de servicios básicos, entre otras cosas.

En su informe anual de 2008, la Defensoría del Pueblo denunció la ausencia de programas oficiales en materia habitacional en el ámbito de la Ciudad.

El problema de la falta de viviendas excede a las villas. De hecho, se calcula que un 15% de los porteños tiene un déficit en ese sentido. Para ello se toma en cuenta la realidad de los núcleos habitacionales transitorios: los hoteles, las pensiones y hasta de los que viven en la calle.