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24 de abril de 2024
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Bajar la edad de imputabilidad no significa criminalizar la pobreza
Imputabilidad significa capacidad de responder por una acción reprobable. A los 14 años, los jóvenes saben diferenciar lo que está bien de lo que está mal
17 de abril de 2009
Por Marta Pascual, jueza de Menores

Imputabilidad significa capacidad de responder por una acción reprobable. A los 14 años, los jóvenes saben diferenciar lo que está bien de lo que está mal, pero para el derecho argentino ese menor aún no tiene la madurez para comprender lo malo de su accionar.

Esto es falaz, pero la baja de la edad de imputabilidad es un tema de política legislativa. La fija el Congreso, de acuerdo a su política criminológica o al tratamiento que le quiera dar a los jóvenes.

Bajar la edad no significa criminalizar la pobreza. No se trata de encarcelar a todos los chicos de corta edad en situación de calle. Lo que significa es hacer que los menores que comentan delitos asuman su responsabilidad por las acciones graves que comprometan la vida y los bienes de la gente.

Más allá de este debate, el encierro es válido siempre y cuando esté acompañado de educación y tratamientos para reinsertar al menor.

Hoy, el sistema falla porque no hay programas en los centros de detención y los jóvenes salen peor de lo que entraron. Por eso reinciden. Y eso es lo que muestra la inoperancia del sistema.

Antes de pensar en bajar la edad imputabilidad, hay que revisar las medidas que se toman cuando un menor comete un delito. Acumularlos en centros que ni siquiera están preparados para tal fin, no tiene sentido

No es que no haya recursos, lo que no hay son programas eficaces.

Hay que trabajar en la situación que los lleva a delinquir y en cómo hacer para que los menores vuelvan a la sociedad recuperados y no reincidan.

Para los jóvenes delincuentes tiene que haber programas de internación en los que, desde el primer día, se trabaje en su "habilitación social", mientras cumplen la pena.

Esto significa que la sociedad sepa que el joven se va a someter a un proceso penal. Que, luego de cumplir su pena (los tratados internacionales mandan que la privación de libertad de jóvenes debe ser lo mas breve posible), vuelva a su comunidad con habilidades laborales y un proyecto de vida

Hoy, estos jóvenes sólo conocen la violencia y la droga, y "salen de caño" a conseguir dinero a costa de la vida de sus vecinos.

La recuperación de los adolescentes violentos es posible a partir de un plan para jóvenes, que debe estar dotado de recursos, personal especializado y tratamiento institucional.

Aquellos buenos modelos que así trabajan nos muestran que los jóvenes son recuperables.

El tema de la niñez y adolescencia no está ni estuvo incluido en la agenda de gobernantes.

Sólo hay ideas espasmódicas a partir de hechos de repercusión que luego se olvidan. También nos olvidamos de los jóvenes que vemos tirados en las esquinas consumidos por el alcohol o las drogas y que, con la sombra de la noche, nos acechan a punta de arma para conseguir el dinero para sobrevivir otro día.

Así, entre día y día, se van llevando la vida de gente trabajadora y dejan familias desoladas.

Mientras, los jóvenes que viven en el delito esperan, sabiendo que tarde o temprano terminarán muertos por otra banda enemiga, por la policía o por una sobredosis.