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28 de marzo de 2024
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Obama propuso una nueva era en la relación con Cuba
EE.UU. reconoció el fracaso de las políticas hacia la isla y llamó a buscar un nuevo comienzo. La canciller Hillary Clinton aludió directamente a que el embargo fracasó
18 de abril de 2009
El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, hizo historia.

En la V Cumbre de las Americas en Trinidad y Tobago lanzó una nueva era en las relaciones entre Estados Unidos y la región, centradas en el deshielo de las relaciones entre Washington y La Habana.

"Estados Unidos quiere un nuevo comienzo con Cuba. Yo sé que el camino por recorrer para superar tanta desconfianza será largo, pero hay pasos críticos que podemos dar hacia un nuevo día", dijo Obama, quien se convirtió en el orador estrella ni bien tomó el micrófono.

Los 33 presidentes presentes siguieron con muchísima atención cada una de sus palabras sobre Cuba considerando que ése será el test sobre la voluntad de EE.UU. de cambio en la región.

Y Obama no los desilusionó. Todo lo contrario. Pocas horas antes la secretaria de Estado, Hillary Clinton, había dicho que la política del embargo había fracasado.

"Durante los últimos dos años, lo he dicho y lo repito hoy estoy preparado para comenzar un diálogo con el gobierno de Cuba sobre una amplia gama de temas desde derechos humanos, libertad de expresión y reforma democrático hasta drogas, migración y asunto económicos", dijo Obama.

Sostuvo: "No estoy interesado en dialogar por dialogar. Pero sí creo que podemos colocar a las relaciones entre EE.UU. y Cuba en una nueva dirección".

Los aplausos retumbaron fuertemente en salón principal del Hotel Hyatt donde está teniendo lugar la reunión, a pocos metros del mar. El calor del Caribe es el clima perfecto para facilitar el tímido deshielo que había comenzado 48 horas antes, cuando Obama le tendió una mano al gobierno de la isla afirmando que comprendía que Cuba no iba a cambiar de un día para el otro.

Dejó en claro, sin embargo, que tras haber decidido la flexibilización de los viajes y del envío de las remesas a la isla, era necesario un gesto de reciprocidad cubano.

Raúl Castro sorprendió a todo el mundo al anunciar, a su vez, que él también estaba dispuesto a dialogar siempre y cuando fuera en un pie de igualdad.

Luego, Hillary Clinton elogió la actitud de Castro y admitió el fracaso de las políticas norteamericanas hacia Cuba.

El rápido desarrollo de los acontecimiento contribuyó a la gran distensión que se observó entre los países que como Brasil y Venezuela, venían presionando fuertemente para que el embargo fuese levantado sin ninguna condición.

El buen clima reinante permitió incluso al Secretario de la OEA, José Miguel Insulza, anunciar que pedirá la derogación de la resolución que suspendió a Cuba de la organización que dirige.

Después de haber escuchado las quejas de la Presidenta Crsitina Kirchner con respecto al Consenso de Washington y del nicaragüense Daniel Ortega con respecto a la guerra en America Central, Obama contraatacó diciendo que es necesario abandonar el pasado y mirar hacia el futuro.

"Para poder avanzar no podemos ser prisioneros de nuestros enfrentamientos pasado. Frecuentemente, hemos perdido la oportunidad de construir una nueva asociación", señaló.

Obama recordó además la falsa opción entre un capitalismo salvaje y una economía totalmente controlada por el Estado.

Más aún , apartándose del texto que tenía preparado, el jefe de la Casa Blanca improvisó al decir que si quieren un cambio en EE.UU., la región también debe cambiar.

"Tienen que dejar de culpar a EE.UU. por todos los problemas que padecen", les suplicó.

Acostumbrado al protagonismo, nadie sabe cómo hará ahora el presidente venezolano, Hugo Chávez, para competir con Obama. Ayer, antes de que comenzar la inauguración, ambos se dieron la mano.

Si bien Venezuela, Nicaragua y los demás países del ALBA han amenazado con no firmar el documento final, ayer Chávez tras el inesperado saludo le dijo a Obama: "Con esta misma mano hace ocho años saludé a Bush. Quiero ser tu amigo".