Omar Chabán insistió hoy que la responsabilidad por la tragedia de Cromagnon la tuvieron "tres imbéciles, idiotas", que "no pueden ser controlados por nadie".

Al ampliar su declaración por cuarta vez ante el Tribunal Oral Criminal (TOC) 24 porteño, que lleva adelante el juicio por el siniestro de la discoteca, Chabán analizó que "determinados jovenes sin límites no pueden ser controlados por nadie".

"Nadie puede controlar a tres idiotas, imbéciles, violentando el bien común", resumió Chabán, en el final de su corta declaración de este mediodía.

El ex gerenciador pidió declarar nuevamente para explicar cómo fueron modificándose las costumbres del público y de la sociedad en relación con los lugares nocturnos en los últimos 40 años, mientras la normativa que regula su funcionamiento se mantuvo sin cambios.

Hoy, recordó que cuando decidió habilitar, en los años 80, el Café Einstein, "en una época en que los pubs habían generado una revolución", el permiso consignaba que se trataba de un "café-bar".

Chabán calificó ese eufemismo de la habilitación como una muestra del "desfalco de la normativa" vigente en materia de habilitaciones.

La normativa que categorizó a los lugares nocturnos como "Local Bailable Clase C" es de 1968, cuando "no había ni idea de lo que eran los recitales", y se mantuvo, con mínimas modificaciones, hasta que ocurrió Cromañón, explicó Chabán.

Desde allí marcó la evolución de las costumbres hasta llegar al "pogo", una práctica habitual en los recitales hoy, de contacto físico permanente y ciertamente frenético entre el público al compás de la música.

Antes que el gerenciador había declarado como testigo un abogado que se desempeñaba como inspector del gobierno porteño, quien corroboró que por la época de la tragedia el área encargada de controlar los locales nocturnos.

El ex inspector Mario Esteban Mazzini explicó que por una decisión administrativa del gobierno de Aníbal Ibarra el área encargada de los controles fue desmantelada y pasó "de 300 inspectores a 11".