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26 de abril de 2024
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Gobierno intervino en la desaparición del testigo del caso Etchecolatz
Aníbal Fernández se reunió con León Arslanian y reconoció que las características del caso obligan a "mirarlo con prudencia"
21 de septiembre de 2006
La desaparición de Jorge López, uno de los testigos clave del juicio contra el represor Miguel Etchecolatz que fue condenado a reclusión perpetua el martes pasado, generó hoy la primera reacción del gobierno nacional.

El ministro de Interior, Aníbal Fernández, se reunió esta mañana durante casi una hora con el ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanián, en la sede de la cartera bonaerense para analizar el caso del albañil cuyo paradero se desconoce desde el lunes pasado.

"No descartamos ninguna hipótesis. El caso tiene situaciones particulares que nos hacen mirarlo con prudencia", admitió el titular de la cartera política en declaraciones a la prensa tras la reunión.

De la audiencia también participó, en un primer momento, el gobernador Felipe Solá, que ayer había anunciado el pago de una recompensa de 50 mil pesos a quien aporte datos que permitan dar con el paradero de López.

López debía concurrir a la audiencia de alegatos del juicio contra Etchecolatz el lunes pasado, pero nunca llegó y a pesar del amplio operativo de rastrillaje implementado, el hombre sigue aún desaparecido.

En tanto, organismos de derechos humanos marcharán hoy hasta la Casa de Gobierno bonaerense, en La Plata, para reclamar la aparición de López.

De la movilización participarán militantes de las agrupaciones Hijos, Justicia Ya, Liga Argentina por los Derechos del Hombre y integrantes de varios centros de estudiantes.

Los organizadores anticiparon que, de continuar sin aparecer López, mañana a las 17 se realizará otra marcha similar hasta el Palacio Municipal, donde sesionó el Tribunal Federal que condenó a Etchecolatz.

López había acordado el domingo pasado con su hijo que lo acompañase el lunes hasta el Palacio Municipal de La Plata, donde iban a leerse los alegatos en el juicio contra Etchecolatz, pero cuando su hijo pasó a buscarlo por su casa no lo encontró y tampoco llegó a la audiencia.

El hombre, un albañil de 77 años secuestrado y torturado en 1976, fue un testigo clave en el juicio por el que se condenó a reclusión perpetua a Etchecolatz, ya que lo reconoció como su torturador mientras estuvo detenido en la comisaría quinta de La Plata.