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Tres de cada diez chicos de 13 a 16 años fuman
Así lo reveló un estudio en la Argentina. Los jóvenes tienen alto riesgo de sufrir enfermedades respiratorias infecciosas, cáncer y problemas cardíacos
21 de mayo de 2009
Especialistas que integran la Alianza Libre de Humo Argentina (Aliar), formada por casi un centenar de organizaciones no gubernamentales que promueven los ambientes 100% libres de humo de tabaco, advirtieron durante una conferencia de prensa que la industria intenta "captar" cada día a un público más joven, con "estrategias publicitarias o informes que tienden a confundir".

Ana Tambussi, médica del Servicio de Cardiología del Hospital Ramos Mejía, precisó que "en la Argentina fuman más del 30% de los chicos de 13 a 16 años, los cuales son estimulados a consumir cigarrillos mediante una acción publicitaria y promocional de la industria tabacalera, que está enfocada a jóvenes y mujeres".

Tambussi destacó que "esa estrategia hizo que en el país, en la franja de los jóvenes, sean más las mujeres que los hombres los que fuman y son ellas, las que como consecuencia de su adicción al cigarrillo se exponen, entre otros problemas, a la infertilidad".

La especialista dijo que "esa tendencia es contraria a de los adultos argentinos, ya que fuman el 34% de los hombres y el 28% de las mujeres, de acuerdo con las mediciones médicas nacionales".

De acuerdo con los números que maneja la organización, en el país el tabaco mata a 40 mil personas por año y es la principal causa de muerte ocasionada por un factor independiente.

"El tener una edad promedio de inicio de 13 años en el consumo de tabaco en la Argentina significa que hay miles de jóvenes que en los próximos diez años tendrán cáncer de pulmón, de laringe, bronquitis crónica y enfermedades cardiovasculares".

En igual sentido, Verónica Schoj, epidemióloga y coordinadora nacional de Aliar, dijo que "el que sea mayor el número de mujeres jóvenes que el de hombres que fuman responde a una estrategia de mercado, que se evidencia sobre todo en los países en desarrollo".

Schoj aludió a un estudio realizado en Estados Unidos que demostró que a partir de 1976, las compañías tabacaleras empezaron a ver garantizado la base del negocio en el público joven, para tener consumidores en forma permanente.

Para llegar "a ese público, se usan distintas estrategias como que las marcas de cigarrillos están presentes en eventos deportivos y musicales", pero también se financian estudios científicos o de mercado "que intentan desvirtuar el efecto nocivo del tabaco".

Schoj aludió a que "se intentó hasta decir con fundamento científico falso que el humo ajeno no perjudica o que si se hace una tomografía a tiempo, se puede extirpar el cáncer de pulmón, con lo cual la persona piensa que si se controla puede fumar".

La realidad indica que mueren 5,4 millones de personas por año en el mundo por enfermedades causadas por el tabaco y que es una epidemia completamente prevenible.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) identificó varias medidas para reducir el consumo del tabaco como controlar el consumo de cigarrillos, evaluar el impacto de las políticas de prevención y proteger a las personas del humo de segunda mano.

La OMS sostiene que los países deben ofrecer ayuda a todos los consumidores de tabaco para que abandonen el hábito y prevenir y educar de manera efectiva sobre los peligros del consumo de cigarrillos.

También, deben implementarse y hacer cumplir las prohibiciones integrales de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco o el uso de términos engañosos como "suave" o "con bajo contenido de alquitrán".

Para bajar el consumo, según la OMS, debe aumentarse además el precio de todos los productos derivados del tabaco, a través de una suba de los impuestos de esa materia prima.