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28 de marzo de 2024
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"Me van a tener que pegar un tiro para que no trabaje"
Con esta dura advertencia, Scioli repudió los ataques de ruralistas en su contra durante un acto de campaña en Lobería. Los agresores quedaron en libertad
29 de mayo de 2009
Una dura advertencia lanzó el gobernador boanerense, Daniel Scioli, a los ruralistas que ayer lo escracharon en Lobería, durante una visita a esa localidad bonaerense como parte de una gira proselitista más amplia por el interior provincial.

"No voy a dejar de ir al interior de la provincia. Me van a tener que pegar un tiro en la cabezapara que deje de trabajar. Y van a tener que apuntar bien, porque si me dejan herido voy a seguir trabajando y cumpliendo mis responsabilidades", lanzó Scioli en declaraciones a radio 10.

"Pensaron que íbamos a dejar abandonado al interior, que íbamos a suspender las visitas y empezaron con los actos intimidadores. Se mostraron muy organizados y politizados", indicó. Y añadió: "Son grupos pequeños y aislados que reciben cada vez más el rechazo del resto de la sociedad"

En este punto, el gobernador vinculó las agresiones sufridas ayer con su historia personal y volvió a presentarles pelea a los responsables de la protesta. "Con las situaciones que yo he superado... Que tiren huevos, piedras naranjas. Van a tener que derribar el avión para que no llegue", se despachó.

Hacia el final, volvió a arremeter contra los ruralistas que protagonizaron los incidentes. "Este pequeño grupo ha quedado al descubierto porque la propia gente de Lobería dice que no los conoce. Y es mentira lo que plantean respecto de que no se los recibe. Ha quedado tan al descubierto y tan claro quienes llevan adelante estas acciones. Buscan intimar y claramente la forma en que se manifiestan genera rechazo", remató.

Por otra parte, los ruralistas que habían sido detenidos por los incidentes fueron liberados esta madrugada, confirmaron a lanacion.com fuentes de la comisaría donde habían quedado presos y donde un grupo de vecinos esperaba su liberación.

La violencia se desató ayer apenas Scioli aterrizó el helicóptero de la gobernación cerca del edificio donde debía hablar Scioli. Un cordón policial de 300 efectivos intentó frenar a los manifestantes, pero un grupo de ellos saltó un vallado y trató de acercarse a la comitiva oficial. Hubo empujones y golpes a poca distancia del gobernador.

Tras los incidentes, Scioli inició el acto, en el que entregó subsidios y buscó llevar el mensaje proselitista del oficialismo. Los abucheos que llegaban desde el exterior complicaron aún más la visita.