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19 de abril de 2024
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Los depósitos bancarios son cada vez más "verdes"
La expectativa de devaluación del peso no deja de sorprender a los bancos: subió un 22% el depósito de dólares este año. La cara y contracara de este fenómeno
1 de junio de 2009
Cada vez son más los depósitos en dólares. ¿Por qué sucede este fenómeno? LA explicación se da por la expectativa devaluacionista convalidada por el alza del 8,4% que ya lleva en el año el precio del dólar.

Según cifras del Banco Central (BCRA), ente rector del sistema financiero, al pasado viernes 22 (último dato disponible), mientras los depósitos en pesos se mantienen estancados en lo que va del año (aunque, ajustados por la subestimada inflación oficial, en realidad decrecen), las colocaciones en dólares crecen un 22%.

Este dispar movimiento hace que ya representen el 20% del total del dinero que el sector privado en su conjunto mantiene depositado en bancos y el 26% de las colocaciones a plazo fijo, según pudos aber el diario La Nación.

Se trata de un comportamiento que se profundizó en los últimos meses, cuando creció la incertidumbre mundial y doméstica, y que resultó, en buena medida, inesperado hasta para los especialistas vinculados con la actividad, que no desconocen la mala experiencia histórica que significó el ahorro bancario en moneda extranjera durante la convertibilidad. En resumen, se disparó con la crisis subprime, pero se profundizó y aceleró por los conflictos internos.

En alguna medida, estuvo alentado por un cambio de percepción sobre los problemas de la economía local. Mientras durante buena parte de 2008 la elevada inflación había actuado como un estímulo extra para desprenderse de los pesos (gastarlos, porque era conveniente a perder poder adquisitivo), las preocupaciones generadas por el impacto de la crisis provocaron un incentivo para ahorrar (frente a la previsión de un mañana, tal vez, más complicado). Queda claro que muy pocos ciudadanos con capacidad de ahorro consideran el peso un medio para lograr ese objetivo.

La ironía es que el gobierno que demonizó aquel modelo (basado en una credibilidad tomada de prestado de otra moneda) terminó en los hechos generando políticas que desalientan el atesoramiento en moneda local y favorecen una creciente dolarización de las carteras de inversión o ahorro, alentando un trasvasamiento que, en realidad, le resta capacidad potencial de expansión a la economía local.

Los especialistas coinciden en que hay en esta conducta de los ahorristas, básicamente, una apuesta al rédito. También coinciden en destacar que muestra que "una creciente proporción de los ahorristas recuperó la confianza en el sistema bancario local", según apuntaron al diario La Nación el economista Mariano Lamothe, de la consultora abeceb.com, y el consultor Carlos Risso, del portal Notibancos.com.

Además, los especialistas coincidieron en que es una simple cuestión de cuentas y expectativas. "Los depositantes no están pensando en una posible crisis que pueda dar lugar a una medida traumática, como fue el corralito. Simplemente piensan en que el tipo de cambio les seguirá originando un rendimiento superior para sus ahorros que la tasa de interés en pesos, tal cual ha sucedido en los últimos 10 meses", apuntó el economista y asesor financiero Hernán del Villar, del Estudio Alpha.

La contracara de la tentación por dolarizarse es todo un problema: la gente no quiere pesos, lo que se transforma en un lastre para una economía cuya demanda agregada se está comprimiendo. "La economía y el sistema financiero necesitan de un mayor dinamismo de los depósitos en pesos, porque la demanda de crédito es principalmente en moneda local", apunta Del Villar. "Corta el canal por el que el BCRA podía ayudar a suavizar la recesión", dice Lamothe, que, sin embargo, observa que la entidad resiste la tentación de auspiciar una suba de tasas para combatirlo porque, de esa manera, ayudaría a reducir más el nivel de actividad.

La otra posibilidad es que el BCRA sea complaciente con el fenómeno porque, de alguna manera, lo beneficia. "Los bancos no tienen demanda de crédito en dólares y deben mantener esos recursos financieros inactivos en el Central", señala Del Villar. Por ejemplo, la consultora Econométrica mostró que US$ 600 millones de los US$ 1500 millones que debió vender para evitar que la devaluación del peso se hiciera brusca "volvieron al Central en forma de encajes", lo que permitió disimular la tendencia bajista que, en realidad, tenían las reservas.

El costado positivo tiene que ver con una mayor integración social. "Este incremento de los depósitos en dólares es mejor para la economía que la fuga de divisas, ya que origina una potencial oferta de crédito para el comercio exterior y muestra una mayor confianza de los ahorristas en el sistema financiero local", dice Del Villar.