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25 de abril de 2024
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El Acuerdo Cívico y Social al borde de la ruptura
Es por la polémica reunión entre Cobos y De Narváez. "Que se rompa pero no se doble", parece reclamar Carrió. Sería un golpe duro en una campaña ya de por sí complicada
12 de junio de 2009
Hay crisis en un sector importante de la oposición.

La foto de la reunión entre el candidato de Unión-PRO a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, Francisco De Narváez, y el vicepresidente Julio Cobos puso hoy casi en terapia intensiva el acuerdo electoral que habían sellado Elisa Carrió, los radicales y los socialistas.

El encuentro de ambos dirigentes opositores evidenció la fragilidad de la propuesta electoral y las divergencias profundas que mantiene el radicalismo histórico con la Coalición Cívica de Carrió. Pero también derivó en un virtual empujón de Francisco De Narváez en plena polarización de la campaña con el ex presidente y cabeza de lista del Frente para la Victoria, Néstor Kirchner.

Todos los sectores hoy volvieron a hablar del encuentro que el miércoles mantuvieron Cobos y el actual legislador del peronismo disidente. Carrió acusó al Vicepresidente de ser "heredero de Borocotó", en referencia al tristemente célebre pase de Eduardo Lorenzo de las filas del PRO a un kirchenrismo "librepensador".

Esa acusación, apenas una de las tantas que desde ayer la ex candidata presidente le prodiga al titular del Senado, contrastó con la visión que dio Ricardo Alfonsín, su compañero de ruta y segundo en la lista de candidatos a diputados nacionales del Acuerdo Cívico y Social en la provincia de Buenos Aires.

El hijo del fundador de la democracia recuperada se esmeró en justificar y sostener la decisión de Julio Cobos de solidarizarse con De Narváez -que enfrenta una dura embestida político-judicial- y de calificar de "normal" y "sin tintes electorales" el encuentro de ambos referentes opositores.

Ricardo Alfonsín pareció así replicar la acusación que lanzó la propia Carrió sobre el radicalismo, al adjudicarle en forma total la responsabilidad por el desaire que Cobos habría generado a su propia formación electoral con la que, supuestamente, intentaba pelear en la contienda electoral nacional.

La réplica de Cobos, ante semejante terremoto político interno, fue de ruptura contra la cara visible del Acuerdo Cívico y Social: "Nadie me va a condicionar la agenda", replicó el vicepresidente esta mañana, en un tono que traslucía un fervoroso malestar.

A 16 días de la campaña y por una desinteligencia inevitable, la formación opositora no peronista terminó por pavimentar el camino para que Unión-PRO terminó posicionándose como el virtual contrapeso eficaz contra Néstor Kirchner.

Mientras la Coalición Cívica busca recomponerse del error -con una tarea ímproba de la candidata a diputada Margarita Stolbizer a la cabeza- desde el kirchnerismo se observó en las últimas horas hasta con gozo las acusaciones de traición que, por lo bajo, se le achacó al Vicepresidente.

El jefe del bloque Frente para la Victoria de la Cámara de Diputados, Agustín Rossi, fue uno de los que recuperó la sonrisa: "Ahora Cobos es problema de (Margarita) Stolbizer, (Gerardo) Morales, (Elisa) Carrió y después lo será de (Felipe) Solá y de (Francisco) De Narváez".