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16 de abril de 2024
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El juez Rozanski retomó actividades
Después de recibir amenazas
28 de septiembre de 2006
El juez platense Carlos Rozanski, quien recibió amenazas por su actuación en el proceso seguido contra el represor Miguel Etchecolatz, retomó hoy sus actividades
en forma normal y coinsideró que "lo importante" en el actual contexto es que se pueda ubicar al testigo Jorge Julio López, desaparecido desde hace 10 días.

"Mientras López no esté no podemos hablar, eso es lo importante, ese es el tema", sostuvo Rozanski, quien destacó que sigue desempeñando su trabajo "a la misma hora" y "en el mismo lugar" que lo hace habitualmente, a pesar de las amenazas recibidas.

El magistrado -en diálogo con la prensa al ingresar a la sede del Tribunal- admitió de todos modos que le "preocupa" que la situación de López y las amenazas que recibió junto a otros magistrados y funcionarios puedan intimidar a otros testigos en
causas por delitos cometidos durante la última dictadura.

El presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Número 1 de La Plata señaló que la protección a esos testigos "es un tema muy especial por las características de los hechos que se investigaron", y subrayó que "son casos particulares, no son
delitos comunes".

Rozanski fue objeto de amenazas, al igual que otros funcionarios judiciales de Santa Fe, Tucumán y el Chaco.

Ayer, una ola de intimidaciones contra jueces y fiscales que investigan a represores de la última dictadura se sumó a la desaparición de Jorge Julio López, uno de los testigos clave del juicio que terminó con una condena al ex policía Miguel Etchecolatz.

Rozanski dijo que no iba a formular declaraciones sobre la amenaza que recibió, pero confirmó que realizó la denuncia por la advertencia en el Juzgado Federal Número 3 de La Plata a cargo de Arnaldo Corazza.

La carta anónima contra el juez -que fue enviada desde la Capital Federal- incluía los mismos términos que las misivas que recibieron en Tucumán el fiscal federal número 2 Emilio Ferrer, y en Santa Fe el juez federal Reinaldo Rodríguez, entre otros
funcionarios judiciales.

En la carta anónima enviada a los tribunales de Santa Fe y Tucumán se lee: "hemos cumplido con el deber de advertirlo. Volveremos a tomar contacto con usted".