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20 de abril de 2024
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Antitabaco y elogios
Mucha gente elogió la nueva norma que prohíbe fumar en espacios cerrados y públicos. El gobierno porteño ya inspeccionó 60 locales y labró 13 infracciones
2 de octubre de 2006
Un alto porcentaje de acatamiento a la normativa signó el primer día de vigencia de la ley de control del tabaco, pues ya no se puede fumar en ningún espacio cerrado con acceso al público en la Capital.

"El aire huele a café, a comida, a todo menos a humo. ¿Hay algo más lindo que eso", decía, sonriente, Analía Maiorana, una clienta del bar Líbero, en la esquina de Libertad y la Avenida del Libertador.

Fue uno de los 60 locales gastronómicos de Recoleta y Palermo que hasta ayer a la tarde inspeccionó la Subsecretaría de Control Comunal del gobierno porteño, a fin de constatar si se cumplía con la norma. Allí, el humo del cigarrillo fue el gran ausente de la jornada.

Aunque sí se labraron 13 infracciones a locales que no contaban con un libro de quejas ni exhibían los carteles de "prohibido fumar", como ocurrió en el hotel Alvear Palace. Sólo fue multado el bar La Biela, en Recoleta, donde se encontró a un cliente fumando, según informó el gobierno porteño.

Lo cierto es que la ley 1799 había comenzado a regir el 1° de marzo último con la prohibición de fumar en todas las dependencias municipales, y desde ayer incluyó a bares, restaurantes, confiterías, locutorios, cibercafés, shoppings, cabinas telefónicas, gimnasios y centros culturales, entre otros lugares.

Muchos de esos establecimientos tuvieron buena aceptación de la gente para cumplir con la norma, pese a que muchos fumadores se molestaron e, incluso, aseguraron que sólo concurrirán a lugares habilitados para fumar.

En el shopping Patio Bullrich, por ejemplo, carteles y folletos recordaron la prohibición y tanto en los pasillos como en el sector de comidas, no se observó a visitantes con cigarrillos encendidos. Cuando lo hicieron, personal del lugar los invitó a corregir esa conducta. "¡Ya no se puede ni fumar, viejo!", bromeó allí un visitante.

Según la normativa, están parcialmente exceptuados los locales gastronómicos que cuenten con una superficie superior a 100 m2, ya que podrán destinar como máximo el 30% del espacio para fumadores. Claro que el artículo 21 de la ley especifica que ese sector debe estar apartado del resto del salón, no debe ser zona de paso obligado para la población no fumadora y contará con sistemas de ventilación independiente que garanticen la purificación del aire.

Por caso, de los pocos bares que ayer promocionaron sectores para fumadores, ninguno de ellos se ajustaba a esos requerimientos. Algunos, incluso, se excusaron con una leyenda: "por ahora, no tenemos área para fumadores".

"Esta nueva ley producirá en los restaurantes una baja en el consumo del 25%. Muchos de ellos desconocen los alcances de la norma, y estuvimos esperando que se dictara la reglamentación para saber cómo aplicar estas reformas", explicó a LA NACION Luis María Peña, presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés.

En la ciudad hay casi 300.000 locales comerciales habilitados por el gobierno porteño, de los cuales 9000 son bares y restaurantes. Según fuentes del Ministerio de Gobierno, unos 250 inspectores comenzaron a recorrer desde ayer distintos establecimientos para verificar el cumplimiento de la normativa. En una segunda etapa, dicen, otros 123 inspectores se sumarán a los operativos, a cargo de las direcciones de Fiscalización y Control, Control de la Calidad Ambiental, e Higiene y Seguridad Alimentaria.

En cuanto a las multas, los responsables de cada establecimiento con una superficie inferior a 100 m2 que no hagan cumplir la norma pagarán entre 500 y 2000 pesos; quienes provean de cigarrillos a personas menores de 18 años, entre 50 a 500 pesos, y los dueños de los locales donde no se cumpla con la obligación de informar sobre la prohibición, entre 250 a 1000 pesos.

"Acá nadie nos dijo qué es lo que teníamos que hacer. Nosotros habilitamos un lugar para fumar que no cumple con las exigencias, pero no puedo perder clientes", dijo el encargado de un local de la avenida Corrientes, en el centro. En tanto, el director general de Redes del Ministerio de Salud, Rubén Varaglia, que acompañó el operativo de inspección, aseguró que "hubo muy buena aceptación en la gente, pese a las quejas. La idea es que se genere un cambio de hábito".

Más allá de la adhesión a la ley antitabaco, el problema mayor se verá en los locales nocturnos, donde la mayoría de los visitantes tienen muy arraigado el hábito de fumar.