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Bignone como en 1982
"Terminen lo que nosotros no pudimos terminar", dijo el último dictador a un día del acto en Plaza San Martín que reivindica el terrorismo de Estado de la dictadura
4 de octubre de 2006
El último presidente de facto de la dictadura, Reynaldo Bignone, instó a los jóvenes a que “terminen lo que nosotros no supimos ni pudimos terminar” y cuestionó a aquellos que, “cargados de odio, deformaron la moderna historia argentina”.

Habló así a un día de la marcha que se realizará en la Plaza San Martín en “homenaje” a los muertos por la guerrilla, donde se reivindicará el terrorismo de Estado y los métodos de la represión ilegal.

Lo hizo en una columna publicada por el sitio de Internet de "Argentinos para la memoria completa" -cuya presidente es Karina Mujica-, una tribuna compartida, además, con Cecilia Pando.

En la página no se especifica la fecha de realización del artículo, en el que Bignone recurre a las metáforas para revalidar a la última dictadura militar y la represión.

Hoy Bignone, quien está procesado por el Plan Cóndor y por robo de bebés de desaparecidos, salió a ratificar todas sus palabras. "No puedo negar haberla escrito, pero niego terminantemente que tenga algo que ver con el tema del jueves", señaló el dictador en declaraciones radiales.

"¿A quién se le ocurre arremeter contra molinos de viento? Lo primero que surge para contestar semejante pregunta, es pensar en algún descerebrado", interrogó Bignone, para luego apelar al Quijote: "Don Miguel de Cervantes Saavedra hizo que dos personas, un flaco, alto sobre un caballo y un petiso, gordo sobre un asno, armados apenas con lanzas, no solamente lo hicieran, sino que además vencieran, ya que ellos perduran en la historia literaria mundial y de los molinos de viento nadie se acuerda y sólo muy pocos saben lo que son".

"Podríamos decir que así nacen los Quijotes y las quijotadas y también se reproducen en modernas embestidas contra molinos de viento", agregó en su columna, donde no mostró una línea de autocrítica ni de arrepentimiento por los crímenes cometidos durante la dictadura.

"Sin necesidad de mirar demasiado lejos, podemos referirnos a un caso reciente. Hay algunas diferencias, ya que ellos no son ni altos ni petisos, ni flacos, ni gordos, no van a caballo ni en mula: Son JOVENES, (así, con mayúsculas)".

"Además no arremeten contra molinos de viento, sino contra personas de carne y hueso que, cargados de odio, deformaron la moderna historia argentina. Y ellos, que no la vivieron, pretenden ponerla en su lugar. ¿Qué es esto sino una heroica quijotada?", escribió Bignone sobre la “pelea” que llevan adelante mujeres como Mujica, ex amante del represor Alfredo Astiz.

Bignone se preguntó: "¿Cuánto más cómodos y tranquilos estarían sino se hubieran embarcado en esto?"

"Es mucho lo que arriesgan -prosiguió- en épocas difíciles y ellos lo saben. Sin embargo, armados de la verdad y los principios, sin lanzas como los personajes de Cervantes, pero con dedicación, trabajo, organización , la palabra oral y escrita, siguen adelante, seguros del triunfo final, ya que la verdad se puede deformar u ocultar por un tiempo, pero al cabo, aparece en toda su magnitud".

Bignone continúo con las metáforas y sostuvo: "De los personajes cervantinos también surgió aquello de ladran Sancho, es señal que cabalgamos. Estos modernos Quijotes, un 24 de mayo, vísperas del día de la Patria sintieron ladrar. Se miraron asombrados y pensaron ...estamos cabalgando. Y es cierto. ¿Quién puede negar que están cabalgando. Y ¡como!".

"Qué difícil nos resulta a los que ya no somos y nos quedan pocas fuerzas decirles a estos chicos: ¡sigan adelante! Terminen lo que nosotros no supimos ni pudimos terminar", concluyó optimista el último jefe de la dictadura, antes de despedirse con "un millón de gracias".