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28 de marzo de 2024
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Fuerte desaceleramiento de fuga de capitales en julio
Cayó a US$ 1100 millones, lo que equivale al 50 por ciento respecto de junio. Podría mantenerse hasta fin de año si no mejora el nivel de confianza de los inversores
19 de agosto de 2009
La fuga de capitales se desaceleró a la mitad tras las elecciones, hasta estacionarse en unos US$ 1100 millones en julio, un nivel mensual que podría mantenerse hasta fin de año si no mejora el nivel de confianza de los inversores.

Así lo indicaron a LA NACION altas fuentes oficiales, que no descartaron que el escape pueda bajar más si en los próximos 60 días se avanza nuevamente en el frustrado recorte de los subsidios a la energía y se canjean los bonos soberanos de corto plazo ajustados por inflación.

Luego de los US$ 2200 millones registrados en junio (unos US$ 11.500 millones en el primer semestre), en el Banco Central respiraron con más tranquilidad por los números del goteo de capitales del mes pasado, al considerar que el mercado ya descartó una suba abrupta del dólar.

Con un ojo colocado en la desmentida que hizo el ministro de Economía sobre la posibilidad de que el presupuesto 2010 incluya un dólar promedio a $ 4,25 -que implicaría alcanzar un techo cercano a $ 4,90-, publicado ayer por un matutino porteño, en el organismo creen que el Gobierno no convalidará una devaluación fuerte del peso para mejorar el frente fiscal (ver Página 2).

"Una devaluación fuerte no compensa la brecha entre gastos e ingresos", explicaron. Al respecto, confían en que la baja en la fuga de capitales puede seguir si se avanza en la "hoja de ruta" planteada por el ministro de Economía, Amado Boudou, que incluye volver al mercado voluntario de deuda en los próximos seis meses.

Ese plan incluye sincerar parcialmente las cifras de la inflación (que se ubica en torno del 1% mensual), canjear los bonos ajustables por inflación que vencen hasta 2012 y retomar en septiembre el recorte de los subsidios a la energía que benefician a los sectores sociales acomodados.

Si se dan esos pasos, afirman en Economía, el Gobierno estaría en condiciones de emitir un bono corto por US$ 500 millones a una tasa cercana al 10%, que despejaría dudas sobre el flujo financiero y que permitiría volver más sostenible la salida de capitales. "Si son US$ 1000 millones mensuales, el balance neto es positivo porque el saldo del mercado único libre de cambios (MULC) se ubica en unos US$ 2000 millones", precisaron.

Boudou y el presidente del BCRA, Martín Redrado, dialogaron en las últimas semanas sobre la conveniencia de estas medidas, al tanto de las limitaciones políticas para avanzar en una auditoría de las cuentas públicas por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Como la presidenta Cristina Kirchner no quiere a los técnicos del Fondo desarrollando en Buenos Aires la revisión anual que realizan en el resto de los países, se podría optar por un acercamiento más light, a través de un acuerdo para revisar sólo la situación del mercado financiero ( financial stablity report , en la jerga del FMI), que es menos controvertida.

Este reporte podría permitir que en un futuro se abra una ventana para pedir dinero con bajas condicionalidades, si prospera la difícil misión de ablandar al Fondo. Esto, a su vez, depende en buena medida de la compleja posibilidad de que en septiembre se reúnan los presidentes Barack Obama y Cristina Kirchner en la cumbre de países del G-20, en EE.UU.

Mientras se van trazando esos escenarios optimistas, se sabe que los US$ 2500 millones que girará el FMI a fin de mes servirán para pagar la deuda de este año y que hay que utilizar los recursos comprometidos por el Banco Nación ($ 7300 millones) y sumar más liquidez de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) para avanzar en el programa financiero de 2010.

A estos recursos se sumarían otros US$ 4400 millones en utilidades del BCRA el año próximo, similar al número de este año, mientras se esperan novedades por el canje para los bonistas que siguen en default planteado por tres bancos. Por estos recursos, en el Central descartan que pueda haber una "monetización" del déficit fiscal, como advirtieron varios analistas privados en las últimas semanas.