La canasta básica registró un leve retroceso en abril y dio un respiro.

Según el INDEC, una familia tipo necesitó en abril $ 2,94 menos para no ser indigente y $ 2,35 menos para no ser pobre.

Esto fue el resultado de la disminución de $ 399,97 a 397,03 del costo de la Canasta Básica Alimentaria, que mide el umbral de la indigencia, y de una baja de 859,95 a 857,60 de la Canasta Básica Total, que refleja el de la pobreza.

Hay que remontarse hasta julio de 2004 para encontrar un retroceso similar.

Lo más alentador para el Gobierno fue que este retroceso en la canasta básica alimentaria estuvo motivado principalmente por la baja del 0,6% que mostró la carne durante el mes pasado.

En particular, la carne vacuna que cayó 1,4% en el promedio de los cortes relevados por el Indec.