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25 de abril de 2024
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Honduras responsabiliza a Brasil por posible "violencia"
Zelaya, el presidente depuesto, volvió al país y se refugió en la embajada brasileña en Tegucigalpa. El gobierno de Micheletti lanzó un toque de queda y reforzó la seguridad
21 de septiembre de 2009
En medio de un nuevo clima de tensión, el depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, regresó ayer a su país y se alojó en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.

Por su parte, Roberto Micheletti extendió el toque de queda en todo el país a 26 horas, hasta las 18, y responsabilizó al gobierno brasileño por "los actos violentos que se puedan suscitar".

El gobernante de facto acusó a Zelaya como el responsable "por cualquier disturbio, acto vandálico, provocación o desorden que protagonicen sus seguidores en cualquier lugar del territorio nacional", según indicó en un comunicado divulgado por cadena de radio y televisión.

Indicó además que "la policía y las fuerzas armadas están prestas a garantizar la seguridad de las personas y sus bienes en todo el territorio hondureño".

Además, el gobierno de Micheletti cuestionó a la diplomacia brasileña, quienes refugian al presidente depuesto en la embajada situada en Tegucigalpa, y los exhortó a entregar al mandatario derrocado.

"Resulta inaceptable para el Gobierno de la República la conducta de tolerancia al permitir que desde su sede se formulen llamados públicos a la insurrección y la movilización política de parte del señor José Manuel Zelaya Rosales, prófugo de la justicia hondureña", indicó una nota de la Secretaría de Relaciones Exteriores hondureña enviada a la representación de Brasil.

"La tolerancia y la provocación que se realiza desde los locales de esa representación de Brasil, son contrarias a las normas del derecho diplomático y convierte a la misma y a su Gobierno en responsables directos de los actos violentos que se puedan suscitar dentro y fuera de la ella", añadió.

Miles de hondureños, en desafío al toque de queda establecido por el régimen de facto, se mantienen desde ayer frente a las instalaciones de la embajada de Brasil, en apoyo a Zelaya.

Diálogo. En la tarde de ayer, Zelaya ofreció una conferencia de prensa en la sede diplomática. Allí, pidió al régimen de Micheletti que entregue el poder sin recurrir a la violencia. "Este es un día de fiesta para nosotros, porque ha vuelto el presidente legítimo de los hondureños electo por el pueblo", dijo Zelaya, luego de narrar que para llegar Tegucigalpa desde Nicaragua viajó durante 15 días "en diferentes transportes y en diferentes momentos", con la colaboración de varias personas.

Más temprano, en diálogo telefónico con el canal multiestatal Telesur, Zelaya llamó a un "diálogo nacional e internacional" sobre la situación de su país y afirmó que ya se encontraba en la capital de Honduras "haciendo algunas gestiones".

Zelaya, quien fue derrocado el pasado 28 de junio, pidió "iniciar un diálogo nacional e internacional que permita a los hondureños volver por los fueros del respeto a la soberanía del pueblo".

En tanto, el canciller brasileño, Celso Amorim, confirmó la presencia de Zelaya en su sede diplomática y explicó a la prensa -en la delegación brasileña ante la ONU en Nueva York- cómo se sucedieron hoy los hechos previos a la llegada de Zelaya a la embajada brasileña en Honduras.

"Brasil activó ya canales de contacto con el gobierno de facto de Honduras para la seguridad de la embajada y del propio Zelaya", precisó el canciller brasileño.

Desmentida. En este contexto, el presidente de facto hondureño, Roberto Micheletti, había negado la llegada de Zelaya al país y calificado la noticia como "una propaganda mediática, terrorismo" y la atribuyó a la "idea de provocar".

Distintas versiones. El arribo de Zelaya a Honduras se produce en medio de versiones cruzadas respecto de su paradero.

Mientras que la canciller de Honduras, Patricia Rodas, y distintos medios de comunicación afirmaban que se encontraba en la sede de la ONU en Tegucigalpa, la esposa de Zelaya, Xiomara Castro, fue la primera en señalar que se encontraba en la embajada de Brasil.

Movilización. Ante una movilización de apoyo a Zelaya que se congregó frente a la sede de la ONU en Tegucigalpa, la ONU tuvo que salir a desmentir que el derrocado presidente se encontrara allí.

"[Zelaya] no se encuentra en un edificio de la ONU", dijo una portavoz en Nueva York.