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19 de abril de 2024
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"MR 73": policial con gusto francés y poco más
Con Daniel Auteil como principal arma, este filme gira en torno a un detective desolado que intenta descifrar una serie de homicidios, mientras su vida corre peligro
11 de noviembre de 2009
Es un hecho conocido entre los cinéfilos que el director francés Olivier Marchal fue, antes de dedicarse a la realización, miembro de la policía de su país. Este hecho biográfico hace más extraño aún que sus películas suenen durante muchos momentos artificiales, más parecidas a una imitación fuera de tiempo de los policiales negros clásicos, con frases sentenciosas y altisonantes, que a la realidad cotidiana de las fuerzas del orden.

Ya pasaba algo de esto en "El muelle", estrenada en la Argentina en 2005, y ahora se repite en "MR 73", título que "homenajea" al arma que usan las fuerzas policiales en Francia. Ejemplo: el protagonista le pregunta a una doctora si cree en Dios y ella le responde que sí. Entonces, él remata: "Dios es un hijo de puta. Algún día lo voy a matar".

Este tipo de frases, casi caricaturas del detective duro típico de los policiales negros, se va repitiendo a lo largo de la película y enturbiando el juicio que podamos hacernos sobre ella, al menos hasta que la historia cobra suficiente fuerza como para dejar de prestar atención a los detalles.

La trama es más o menos así. Louis Schneider es un policía que ha quedado solo en la vida, desvastado por la pérdida de su familia en un accidente y hastiado de la corrupta naturaleza humana a la que enfrenta en su trabajo de todos los días. Ergo, se da al alcohol y comete barbaridades, como obligar a punta de pistola al chofer de un colectivo a llevarlo hasta la puerta de su casa, ignorando al resto del pasaje.

En ese contexto, Schneider se propone investigar (pese a la resistencia de sus superiores) una serie de asesinatos en serie, marcados por cierto tinte sexual, que vienen conmocionando a la ciudad de Marsella. De algún modo, esa investigación es su tabla de salvación, lo único que lo mantiene activo y alerta.

Pero, en medio de esto, sucede otra cosa: queda libre un criminal que él metió en la cárcel 20 años atrás por el homicidio de un matrimonio. Y la joven hija de ese matrimonio asesinado recurre a Schneider en busca de protección y consuelo.

Hasta este punto, la película no ofrece gran cosa, más allá de algunos diálogos pretenciosos y bastante lentitud. Sólo ese gran actor llamado Daniel Auteil (que encarna a Schneider) mantiene a flote la cuestión, que amenaza con desbarrancars definitivamente.

Sin embargo, en cierto modo, alguna virtud de la trama aparece en algún momento para evitar que el filme sea completamente olvidable y sus 125 minutos pasen sin pena ni gloria. En algún momento, por esos mágicos procedimientos del cine, la historia se impone por sobre todos los defectos de su factura y "MR 73" termina despertando algún interés, aunque -por cierto- no alcance ni remotamente a parecerse a una buena película.