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19 de abril de 2024
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El Papa apuntó contra el derroche y criticó el "egoísmo"
"El hambre es la señal más cruel y más concreta de la pobreza", señaló. "Y todo ello mientras se confirma que la Tierra puede nutrir a todos sus habitantes", agregó
16 de noviembre de 2009
En la apertura de una devluada cumbre mundial sobre seguridad alimentaria de la FAO a raíz de la ausencia de varios líderes mundiales, el papa Benedicto XVI denunció "el egoísmo" y la "especulación" con los alimentos considerados "mera mercancía", en un discurso pronunciado ante más de 60 jefes de Estado y de gobierno que asisten al encuentro.

"Persisten modelos alimentarios (...) dominados por el egoísmo, lo que ha consentido la especulación en el mercado de los cereales, donde el alimento es considerado como una mera mercancía", afirmó el Papa.

"La convocatoria de esta cumbre demuestra que los mecanismos actuales para lograr la seguridad alimentaria son frágiles y que es necesario revisarlos", reconoció el Pontífice.

El Papa criticó el hecho de que el hambre sea considerado como un fenómeno "estructural, parte integrante de la realidad socio-política de los países débiles, visto con resignación y hasta con indiferencia". "El hambre es la señal más cruel y más concreta de la pobreza", clamó.

Benedicto XVI, quien estaba vestido con su tradicional vestimenta blanca, criticó también "las subvenciones" que otorgan los países ricos a sus productos y pidió que "el acceso al mercado internacional de los productos provenientes de los países pobres sea favorecido" como medida para combatir el hambre y la pobreza en el mundo.

En ese sentido, el jefe de la Iglesia denunció que a ese cada vez mayor número de hambrientos contribuye el aumento de los precios de los productos alimentarios, la disminución de las posibilidades económicas de las poblaciones más pobres y el acceso restringido al mercado y a los alimentos.

"Y todo ello mientras se confirma que la Tierra puede nutrir suficientemente a todos sus habitantes", agregó el Papa, que aseguró que no existe una relación causa-efecto entre el incremento de la población y el hambre, "lo que se confirma con la deplorable destrucción de excedentes alimentarios en función del lucro económico".

Durante el evento de tres días de duración se tratarán temas como un mayor aporte económico de los países ricos para combatir el hambre en el mundo, así como la puesta en marcha de nuevas estrategias.

Acuerdo prematuro. Los líderes reunidos en la cumbre apoyaron en el inicio del encuentro una nueva estrategia para enfrentar el hambre y ayudar a los países pobres a alimentarse, pero sin ofrecer los fondos solicitados por las Naciones Unidas.

La cumbre, en sus primeras horas de sesión, aprobó su declaración final en una demostración de consenso.