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Argentina y Uruguay podrían organizar el Mundial de 2030
Lo aseguró el vicepresidente de la Conmebol, que es uruguayo. Dijo que la FIFA "ve con agrado" la propuesta de un Mundial conjunto en ambas orillas
19 de noviembre de 2009
El uruguayo Eugenio Figueredo, vicepresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), afirmó que la FIFA "ve con agrado" la propuesta de que el Mundial 2030 lo organicen Uruguay y Argentina.

El dirigente recordó que la iniciativa "ya se hizo oficial por parte de la Asociación Uruguaya", y dijo que "hay que insistir" porque "hay vientos favorables para la concreción de esa idea".

"Que Joseph Blatter haya recogido hace unos cinco años el pedido que Tabaré Vázquez (presidente de su país) le hizo para que Uruguay sea en conjunto con Argentina uno de los organizadores del Mundial 2030, y que ahora haya dado otro guiño positivo, me parece muy importante", comentó Figueredo al canal de televisión TyC Sports, de Buenos Aires.

"El 2030 puede parecer un poco lejano, pero no es así, el tiempo pasa muy rápido, y hay sin duda un viento favorable para la concreción de esa idea, por lo que ahora lo que hay que hacer es insistir", añadió.

Un Mundial en los países rioplatenses en el centenario de la primera competición de la FIFA (1930), disputada en Uruguay, es para el dirigente un motivo valioso para que sea tenida en cuenta la propuesta.

"Es muy bueno que mi país pueda organizar con otro -que es la única posibilidad que tiene, hacerlo con Argentina- para albergar un torneo de tal envergadura. En el caso de Argentina y Uruguay podría salir muy bien, y sería además un reconocimiento a Sudamérica, que le ha dado al fútbol nada menos que nueve títulos mundiales", afirmó.

Figueredo indicó que "en 2014 el reconocimiento será a Brasil, y 16 años después, con tres mundiales en el medio, llegaría otro a nuestros países, que sería un acto de justicia".

Agregó que "el caso de Uruguay y Argentina es muy especial, porque no debe haber dos países que se identifiquen tanto, que sean tan parecidos en la forma de hablar, en sus costumbres, en su idiosincrasia".

"Además los uniría el mismo idioma. Otro punto positivo es la cercanía en la que pueden estar las sedes, a no más de dos horas de vuelo las más distantes, y a 25 minutos de avión entre la dos capitales, y seguramente sedes principales del torneo", finalizó.