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19 de abril de 2024
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Casi 9 mil evacuados en Entre Ríos y el Chaco por temporal
El agua avanza. En Resistencia se ahogó un chico de 12 años. Más de cinco mil personas dejaron sus casas por la crecida del río Uruguay en territorio entrerriano
25 de noviembre de 2009
Las aguas que bajan con fuerza de la represa de Salto Grande y provocan la crecida del río Uruguay, especialmente en la provincia de Entre Ríos, y los casi 150 milímetros de lluvia caída en la ciudad de Resistencia en pocas horas, hicieron crecer ayer extraordinariamente el número de evacuados: ya suman 5.000 en territorio entrerriano, entre quienes abandonaron sus casas obligada o voluntariamente, y 3.500 en la capital chaqueña. Las lluvias también afectaron, aunque en mucha menor medida, las provincias de Corrientes (la ciudad de Goya en particular), Santa Fe y Santiago del Estero.

Lo peor, sin embargo, no fue toda la inmensa desgracia de miles de personas alejadas de sus hogares, sino la muerte de Benjamín Marcos Gaúna, un chico de 12 años que había ido acompañar una protesta de familias inundadas en el Gran Resistencia. Luego, se puso a pescar con unos amigos en el canal que circula paralelo a esa vía. El desagüe se había convertido en un río caudaloso y el nene, aparentemente, quiso refrescarse o bien se resbaló. La potente correntada lo arrastró y no pudo vencerla, informó el diario Clarín.

La ciudad entrerriana más afectada sigue siendo Concordia, donde el ministro de Salud y Acción Social de la provincia, Angel Giano, pronosticó que llegaría a tener más de 4 mil evacuados. Ya hay unas 3 mil personas en esa situación. Defensa Civil dispuso 21 escuelas para la recepción de familias. Según se anunció, se evacuará a todos los pobladores que vivan en zonas por debajo de la cota de 15 metros de la represa Salto Grande. En las escuelas acondicionadas para la emergencia no se dictan clases, y la Dirección de Comedores Escolares implementó un sistema especial de viandas para los alumnos.

También hay afectados directos en las localidades de Federal, Concepción del Uruguay, Bovril, La Paz, Colón, Gualeguaychú y Chajarí.

El ministro Giano señaló que se monitorea permanente el avance del río. Paralelamente, la Policía dispuso 400 efectivos con móviles y helicópteros en Concordia para cuidar los bienes y evitar saqueos.

En la zona de Islas del Ibicuy, los autoevacuados se refugian en pisos superiores de sus propias casas. En Villa Paranacito, la Junta de Defensa Civil declaró el estado de alerta roja por la sudestada anunciada para ayer y hoy, con posibilidad de lluvias, vientos fuertes, ráfagas de viento y granizo.

"Esta es una de las 10 crecidas más importantes de la historia del río Uruguay y continúan los pronósticos de precipitaciones para las próximas horas", dijo el gobernador Sergio Urribarri. Anoche se aguardaba que el río Uruguay llegara a los 15 metros, lo que implica evacuar a más familias. El embalse de la represa se encontraba ayer en los 36,50 metros. Si se liberaran de golpe, las consecuencias serían violentas, por lo que se están abriendo gradualmente las compuertas. "Si no llegamos a liberar el agua, puede que una lluvia fuerte nos lleve a crecientes como la de 1959", agregó Urribarri.

En tanto, la histórica sequía que el Chaco padecía desde hace casi dos años, tuvo en el Gran Resistencia un final tan desastroso como el de la falta de agua: una lluvia de 160 milímetros el viernes pasado y otra de casi 150 ayer convirtieron a la capital provincial en un caos, con calles céntricas, barrios y villas anegados en cuatro horas.

La precipitación comenzó pasadas las cuatro de la madrugada, y con mucha intensidad. En las primeras tres horas ya habían caído 100 milímetros, suficientes para inundar las zonas más bajas de la ciudad y numerosos barrios de localidades próximas. El diluvio tomó por sorpresa a damnificados y autoridades, que se vieron desbordadas por los pedidos de ayuda.

A las 7 ya muchísimas familias que habitan asentamientos del sur se habían instalado a la vera de la avenida Soberanía Nacional, que marca la frontera entre la Resistencia más conocida y el mundo de los excluidos, donde 100.000 adultos, niños y ancianos (el 37% de la población de la capital) viven en condiciones miserables y muestran sin sutilezas por qué es la capital más pobre de la Argentina.

"Tuvimos que arreglarnos por nuestra cuenta, porque, como siempre, a nuestra villa nadie quiere entrar. Los problemas del centro sí los resuelven, pero de nosotros se olvidan. Se acuerdan para pedir los votos. Los de las villas somos despreciables para ellos", le dijo a Clarín Federico Romero, delegado de Villa Marín, una de las zonas más afectadas. Federico lleva una camiseta de For Ever y recorre de punta a punta la Escuela 343, donde se albergan más de 350 personas. "Nosotros a las siete y media ya estuvimos evacuados, pero recién ahora, a las siete de la tarde, nos dieron de comer", dice Andrea Meza, una nena de 15 años que ya tiene a su primer hijo en brazos.

La lluvia siguió hasta el mediodía, hasta completar una marca de 143 milímetros. En el centro, las calles se convirtieron en un laberinto. El transporte público dejó de circular, y las clases fueron suspendidas. En la periferia, avenidas y rutas eran cortadas por evacuados que exigían ayuda oficial.

El gobierno respondió conformando un comité de crisis y armando equipos que se dedicaron al relevamiento de los puntos críticos. "Necesitamos una tregua de una hora y media", clamó el intendente de Puerto Tirol, Hugo Sager, donde cayeron 200 milímetros y los camiones comunales no daban abasto para transportar gente. "Hay familias en lugares a los que ni podemos llegar", dijo Roberto Phipps, de Colonia Benítez.