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25 de abril de 2024
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Conmovedora protesta en Lanús contra la inseguridad
La Presidenta carece de política para defender la vida de los ciudadanos y la gente se lo hace sentir cada vez con más fuerza. "Esto es la ruleta rusa", dice los ciudadanos
8 de diciembre de 2009
El ladrón que mató a Ana María Castro le disparó a quemarropa y por la espalda. Según surgió de la autopsia, apoyó firmemente el caño del arma -un revólver de bajo calibre- debajo de la oreja izquierda de la mujer y apretó el gatillo.

De los asesinos, lo que se sabe es que serían jóvenes que escaparon en un scooter y que poco después robaron otra moto. Los investigadores ya cuentan con identikits de los sospechosos que fueron elaborados por el aporte de varias personas que dijeron verlos antes o inmediatamente después del crimen. Además, anoche se estaban cotejando huellas dactilares halladas en la moto que abandonaron a unas pocas cuadras de la escena de la tragedia y en el auto de la mujer.

Ayer, a partir de las seis y media de la tarde, cientos de vecinos se movilizaron ante la Jefatura Departamental de Lanús, a escasos 120 metros del sitio donde mataron a Castro. Allí reclamaron por mayor seguridad y se quejaron de "los constantes robos" en la zona. Liliana, una vecina de unos 40 años, contó a Clarín que pasó por la vereda donde mataron a Castro "unos minutos antes" del crimen. "Esto es como una ruleta rusa", dijo la mujer.

Los vecinos exigieron hablar con el jefe de la Departamental, el comisario mayor Carlos Giordano, quien salió a la puerta y aunque dijo que los investigadores seguían "pistas firmes" para hallar a los culpables, debió soportar algunos insultos. Una mujer, muy exaltada, lo acusó de ser "un cagón" por no hacer frente a los ladrones. Pero otra le aclaró que no todos pensaban así y lo animó para que pidiera "más medios" a las autoridades para combatir la inseguridad.

Una de las quejas más comunes fue que en la zona son frecuentes los robos a los chicos que van al colegio, a los que amenazan con navajas o vidrios para sacarles algunas monedas, las zapatillas o las mochilas.

Luego de gritar consignas como "que se vayan todos", algunos vecinos se reunieron con Giordano dentro del edificio policial. Al salir dijeron que el jefe policial les pidió ayuda para tratar de conseguir mayores recursos humanos y materiales. "Vamos a ir adonde haya que ir", aseguró una mujer.

Castro, una bioquímica de 54 años, fue asesinada el domingo a la tarde en la puerta de la casa de unos primos suyos a quien había ido a visitar junto a su marido, un policía retirado de la Bonaerense, con quien vivía en Necochea.

Según fuentes del caso, ya estaban en la sobremesa cuando la mujer salió a buscar un diario que había dejado en su Peugeot 307. Entonces dos ladrones en moto la sorprendieron. Todo indica que la intención era robarle el auto.

El superintendente de la zona Sur de la Bonaerense, Mario Valente, explicó que, mediante la declaración de testigos, se logró elaborar sendos identikit de los presuntos autores del homicidio.

El crimen ocurrió en Gaebeler al 1200, casi esquina Juncal, de Lanús Este, a una cuadra y media de la Jefatura Departamental de Lanús. La zona está cerca de otras dos localidades donde se produjeron hechos trágicos: el crimen de la arquitecta y catequista Renata Toscano (ocurrido el martes 17 de noviembre en Wilde), y el homicidio de Daniel Capristo (asesinado el 15 de abril cuando se resistió a un robo en la puerta de su casa de Valentín Alsina).

Con relación al crimen de Castro, los investigadores creen que la mujer quiso evitar el robo de su auto y volver a ingresar a la casa. Segundos antes de que le disparan se activó la alarma del coche, aunque no está claro si la mujer lo hizo a propósito o si fue un movimiento involuntario provocado por los nervios. Luego de dispararle, los ladrones le robaron las llaves del auto, pero dejaron el Peugeot en el lugar y huyeron en la moto. Como en el lugar no fue hallada ninguna cápsula servida, los investigadores creen que los ladrones usaron un revólver.

Según Valente, un joven denunció que a seis cuadras del lugar del crimen, que dos jóvenes que se movían en una moto le robaron la suya. Para los investigadores se trataría de los mismos ladrones. Los policías encontraron después una moto abandonada a pocas cuadras del lugar. De este vehículo lograron tomar muestras de huellas que estaban siendo cotejadas. También en la parte trasera del 307 de Castro se hallaron tres huellas dactilares que no pertenecerían ni a ella ni a su esposo.