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26 de abril de 2024
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Abuelas identificó al nieto número 100
Se trata de Matías Espinosa. A diferencia de otros nietos, él vivió toda la vida con su mamá pero sin poder llevar el apellido de su padre que estaba desaparecido
22 de diciembre de 2009
Abuelas de Plaza de Mayo anunció que el nieto número cien recuperó su identidad. Lo hicieron casi seis meses después de que Matías Espinosa confirmara con un examen de ADN que es hijo de Tulio Valenzuela. A diferencia de otros nietos restituidos, Matías no estuvo apropiado. Vivió toda la vida con su mamá pero sin poder llevar el apellido de su padre que estaba desaparecido.

Tulio Valenzuela y Norma Espinosa se conocieron a mediados de 1974. Ambos militaban en la columna oeste de Montoneros, en la zona de San Justo. A fines de ese año, Tulio y Norma iniciaron una relación y varios meses después -entre mayo-junio de 1975- él fue trasladado por la Organización a Rosario.

Ella decidió acompañarlo, convivieron cerca de un mes y en julio de 1975 Norma quedó embarazada. Poco después se separaron, ella regresó a Buenos Aires, se desconectó de la organización y se refugió en casa de sus padres a la espera del nacimiento del bebé.

Matías nació el 6 de marzo de 1976 en Lomas de Zamora. Cuando tenía aproximadamente seis meses, su madre organizó un encuentro con Tulio para que se conocieran. En ese momento, él había pasado a la clandestinidad como muchos militantes montoneros.

El niño se crió con su madre y sus abuelos maternos, terminó el secundario y estudió Educación Física.

Matías siempre llevó el apellido Espinosa, imposibilitado su padre de darle el apellido mientras estuvo en la clandestinidad y perdida tal posibilidad a partir de su desaparición durante el terrorismo de Estado. De chico conoció detalles de la vida de su padre y en su adolescencia, según informaron en Abuelas, se acercó por primera vez a la institución para contactarse con sus tíos paternos en San Juan. Este año volvió a Abuelas, fue después de conocer la recuperación de la identidad de la nieta número 96, su medio hermana.

Tulio (“Tucho”) había sido una de las cabezas de Montoneros. Detenido en 1978 junto a su nueva compañera, Raquel Negro, y el hijo de ella, Sebastián, habían sido llevados al centro clandestino de detención Quinta de Funes, en Entre Ríos. Allí el general Leopoldo Galtieri pactó con “Tucho” que viajara junto a dos militares a México, para “entregar” a la cúpula de la organización, entre ellos a Mario Firmenich y Roberto Perdía. Negro, embarazada, y su hijo, quedaban como rehenes. Al llegar al Distrito Federal Valenzuela se escapó y delató ante las autoridades a los militares que lo acompañaban quienes fueron detenidos.

Firmenich degradó a Valenzuela al rango de “miliciano” y lo obligó a regresar a Argentina donde fue secuestrado (o asesinado) y desaparecido.

En el 2008, se supo que Negro -quien aún continúa desaparecida- había dado a luz a mellizos. Se dijo que el varón murió y la niña, abandonada en un hogar de huérfanos y luego adoptada, quiso saber si era hija de desaparecidos, se sometió a un examen de ADN y conoció a sus medio hermanos Sebastián y Matías. Este año declaró en uno de los juicios por Lesa Humanidad en Rosario, contra cinco represores. Cree que su hermano mellizo está vivo. Lo sigue buscando.